Salud

22/8/2020

El Covid-19 pega un salto en San Juan

A raíz de 27 casos positivos de coronavirus detectados esta semana en el departamento de Caucete, el gobierno sanjuanino resolvió el viernes el regreso a la fase 1 de la cuarentena. Previamente, había dictado un decreto que endurecía las medidas de aislamiento en la localidad mencionada y que suspendía en toda la provincia el turismo interno y las actividades deportivas y recreativas.

Hasta el momento, la provincia solo contaba con 22 casos positivos. Frente al brote en Caucete, el gobierno de Sergio Uñac realizó una conferencia de prensa junto a su secretario de seguridad Carlos Munizaga y otros funcionarios. Centró las culpas en la población, al aludir a fiestas clandestinas y al uso de caminos alternativos para entrar o salir de la provincia. Finalmente, reclamó “una alta dosis de responsabilidad”. En otra conferencia, volvió sobre el mismo punto: “el no cumplimiento obligatorio de la cuarentena de algún ciudadano (sic) determina que 800.000 sanjuaninos debamos hacer cuarentena en nuestras casas durante 14 días”.

O sea, nada de mirar para adentro. Ninguna explicación de que hace pocos días se iniciaron clases presenciales en 3 niveles educativos, siendo que no están dadas las condiciones sanitarias ni pedagógicas para ello, ni cuentan con el apoyo de padres y docentes. Por eso, el ausentismo fue protagonista en esta semana, aun ante la presencia policial uniformada en los establecimientos.

Al mismo tiempo, la cuarentena no ha llegado a las grandes mineras, que han seguido funcionando. Recientemente, un caso sospechoso en Veladero obligó a aislar a aquellos trabajadores que habían compartido el viaje a la mina con el posible infectado, un trabajador de Caucete. Este problema es clave porque los lugares de trabajo se han mostrado a nivel nacional como grandes centros de contagio, como resultado de la concentración de personal y el incumplimiento de protocolos por parte de las patronales.

Mientras se muestra permisivo con las grandes empresas, Uñac instala retenes policiales que afectan a la población más oprimida.

El desborde de casos y de los hospitales en esta pandemia se da no por culpas individuales, sino por la negligencia empresaria y la debacle sanitaria, es decir por factores que hacen al modo de funcionamiento de un sistema. Todo esto refuerza la necesidad de luchar por protocolos en los lugares de trabajo y comisiones de higiene y seguridad en los barrios.