Por estos momentos persiste la jornada de lucha de discapacidad. Tras conocerse el ajuste que alcanzará a los fondos destinados al área, de aproximadamente $10 mil millones, trabajadores de la salud, personas con discapacidad y sus familias movilizaron en todo el país y anunciaron un paro de 72 horas con la permanencia en acampe que comenzó ayer en Plaza de Mayo. Pelean contra una de las caras más aberrantes del ajuste, por la que hay profesionales del área que hace hasta cinco meses que no cobran sus salarios. La respuesta fue un enorme despliegue represivo de la Policía de la Ciudad, que se mostró amenazante, armas en mano, ante los trabajadores, los chicos con discapacidad y sus familias.

El gobierno afila las tijeras sobre un área sensible: los fondos de discapacidad. En este caso, la Superintendencia de Servicios de Salud redujo los giros para garantizar las prestaciones como consecuencia de los recortes anunciados por el ministro de Economía, Sergio Massa, sobre distintas erogaciones presupuestarias, entre las que se encuentra la salud. Este salto en la política de ajuste afecta de lleno a los trabajadores del área, que ya vienen sufriendo desde hace largo rato la precarización y el adeudamiento de sus salarios, y afecta de lleno también a las personas con discapacidad y sus familias que se quedan sin prestaciones.

Desde Prensa Obrera nos hicimos presentes en Plaza de Mayo para recabar la voz de los afectados. Algunos prestadores nos comentaron que hace hasta cinco meses que no cobran sus salarios, incluso antes del “massazo” contra el presupuesto en salud, por lo que este redoblamiento del ajuste viene a enturbiar aguas que ya no son serenas. Por otro lado, entre las personas con discapacidad y sus familias pudimos conocer historias realmente muy crudas, como un padre que nos contaba que perdió a su hijo porque el Estado y la obra social lo abandonaron a su suerte y no le garantizaron el tratamiento. Estos son los resultados del ajuste del gobierno para cumplir con el FMI.

Necesitamos romper esta orientación de inmediato, más aún cuando Massa y su viceministro Rubinstein se encuentran en la tarea de confeccionar el Presupuesto 2023, para el que irán a buscar el consenso final a Washington con el FMI. La “ley de leyes” para el año entrante será la hoja de ruta para continuar la reducción del déficit fiscal a la que se comprometió el gobierno con el organismo financiero, lo que solo augura la profundización de esta ofensiva.

 

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