Una mujer de 60 años falleció en la madrugada el lunes 3 de mayo, en un Centro de Aislamiento Sanitario de la ciudad de Formosa, sin atención médica y en un estado de total abandono.

Sonia, compañera de habitación de la mujer fallecida, quien está aislada con otras tres personas, denuncia que la dejaron morir sin que nadie fuera a asistirla. “Esta mujer a las 21:00 quería higienizarse y dijo que no se sentía bien; la habitación quedaba muy lejos el baño y le costaba ir. Dimos aviso a los policías de que necesitaba ayuda. A las 23:30 vinieron dos médicos a tomarle la temperatura y el pulso, luego se fueron (…). A eso de las 3:00 se escuchaba muy mal a la señora, dimos aviso nuevamente a la policía, nos dijeron que ya iban a venir los médicos pero no aparecieron, y hoy a la mañana la señora amaneció muerta”.

“Es muy terrible lo que pasó, hicimos todo lo posible para ayudar, no sabíamos que tenía cáncer terminal, de eso nos enteramos hoy. El cuerpo de la señora todavía esta acá en la escuela”, concluye su escalofriante relato. El gobierno de Gildo Insfrán es responsable de esta situación.

Desde el año pasado se viene denunciando el mal funcionamiento de estos centros, montados en escuelas sin personal de salud, solo con guardia policial. Allí se aísla compulsivamente a las personas, sin condiciones para mantener el distanciamiento, y en numerosos casos dejando las tareas de sanitización e higiene a los propios enfermos de Covid-19. Esta política fue sostenida a pesar del rechazo de la población por las sistemáticas violaciones de los derechos humanos, a fierza de una salvaje represión a las manifestaciones populares.

Durante estos 14 meses de emergencia sanitaria solo se instalaron 24 camas UTI en abril. La capacidad de la terapia intensiva es más que crítica, ya que 106 camas de las 132 están ocupadas, un 80% de ocupación en medio de un aceleramiento de los contagios. Sin inversiones y sin vacuna para la población, nos llevan al colapso sanitario y al desastre humanitario.

La estrategia oficial se basa exclusivamente en el aislamiento obligatorio y el despliegue represivo. Hoy la ciudad de Formosa y de Clorinda se encuentran nuevamente en fase 1 de cuarentena, hasta el 15 de mayo, sin ofrecer ninguna asistencia económica ni de ningún tipo a miles de familias que dependen de changas y trabajos informales, y por lo tanto quedan sin ingresos.

Desde el Partido Obrero responsabilizamos al Insfrán por este abandono de persona y reclamamos la centralización del sistema de salud bajo control de trabajadores y especialistas, un ingreso de emergencia de 40.000 pesos para los desocupados y la vacunación de toda la población.