Salud

29/3/2020

Hospital Pirovano: una denuncia de fondo de sus trabajadores luego de un nuevo caso de contagio

En estos días se conoció un nuevo caso de contagio de coronavirus en un enfermero del Hospital Pirovano. Según trascendidos, se encontraría internado en terapia intensiva ante un agravamiento del cuadro. El peligro al que está expuesto, en condiciones de trabajo donde muchas veces faltan o escasean las protecciones y la seguridad, corre por igual para sus compañeros e incluso los usuarios. Como consecuencia de este contagio, todo el sector de trabajo de este enfermero ahora se encuentra aislado, aunque no se les ha practicado, sin embargo, el test de detección del virus.


No es el primer caso en la Ciudad de Buenos Aires, ya hubo otros en el Hospital Argerich y en el Santojanni. Seguramente junto a muchos más que no son conocidos, que permanecen ocultos ante la falta de datos oficiales, el hermetismo de las autoridades hospitalarias y la no aplicación del test de detección entre los profesionales de la salud. Sólo en el Hospital Perrando de Chaco se acumulan 10 casos de contagio en profesionales. En Italia, el contagio se acerca a un 10% de los profesionales de la salud: más de 3.000 personas. En Argentina, el número de casos crece y, estando pendiente el abordaje del pico de atención, su crecimiento es un reflejo de las precarias condiciones de trabajo en la salud.





“No somos héroes, somos trabajadores precarizados”


Así retrató la situación una enfermera ante las cámaras de Telefé Noticias el pasado viernes en el Hospital Pirovano. Sus palabras y la de sus compañeras reflejaron, además de los casos de contagio, la falta de insumos de protección -barbijos, camisolines descartables, escafandras-, o bien su escasez (en la guardia señalaron tener poco stock para una entrada importante de casos sospechosos). Se trata de dos caras de la misma moneda. La falta de insumos se traduce en más casos de contagio entre profesionales y así en menos capacidad de atención. Lejos de un problema corporativo, pierden los trabajadores por donde se lo mire.


Otro de los temas que colocaron las trabajadoras del Pirovano ante las cámaras fue el de la miseria salarial de los profesionales de salud. Y, en ese marco, definieron como insuficiente el bono de $20 mil que se cobraría en 4 cuotas mensuales y sujeto a presentismo. Hoy una enfermera de un hospital municipal cobra alrededor de $38 mil en mano. Los $5 mil por mes del gobierno nacional no compensan ni por asomo el enorme desgaste que implica trabajar en la primera línea de exposición en una pandemia. Horacio Rodríguez Larreta, por su parte, sostiene una discriminación sobre enfermería, mucho más grave en estos momentos, excluyéndola de la carrera profesional y dejando así peores salarios y condiciones de trabajo. Otro tanto puede decirse de los residentes y sus extenuantes y mal remuneradas jornadas. Y ni hablar de los concurrentes, que trabajan gratuitamente. El personal de limpieza, tercerizado y precarizado, muestra que no estamos ante excepciones sino más bien ante una regla. 



Aplausos y agradecimiento: una muestra de solidaridad entre trabajadores


La reacción de las profesionales del Pirovano ante los aplausos que se hacían oír desde los balcones cierra el círculo de una enorme solidaridad entre trabajadores. Respondieron con agradecimiento, con más aplausos y pidiendo que el aplauso se haga extensivo a todos los trabajadores de la salud pública, yendo desde las áreas administrativas hasta las distintas profesiones. No falta en la conciencia de muchos trabajadores de la salud, no sólo la necesidad de sostener su única fuente de sustento, sino de que con su labor cuidan la vida de otros trabajadores. Del otro lado de esta solidaridad están los gobiernos responsables de la degradación del sistema de salud y de la precarización de sus trabajadores, a ellos están dirigidas todas las denuncias de fondo frente a las cámaras, incluyendo la necesidad de unificar el sistema de salud.


 



 


Organicemos la salida


La altura demostrada por las trabajadoras del Pirovano, que están expuestas muchas veces a presiones para no denunciar estas condiciones de trabajo, junto con las asambleas del Hospital Ramos Mejía, o las de los propios residentes y concurrentes, por mencionar algunos casos, muestran las reservas de lucha que están presentes entre los trabajadores de la salud. Con esas fuerzas se enfrenta a la pandemia: con comités de seguridad e higiene que fiscalicen la disponibilidad de insumos de trabajo, con la pelea por el salario, las condiciones de trabajo y un sistema de salud único, estatal y gratuito. La organización al servicio de una salida de los trabajadores a la crisis está planteada más fuerte que nunca.