Salud

24/4/2020

Hurlingham (Covid-19): negligencia estatal en un geriátrico

El 18/4 el municipio de Hurlingham hizo pública por redes sociales la confirmación del sexto caso de coronavirus en el distrito. Se trata de una mujer de 93 años de edad, que habitaba un geriátrico junto con una veintena de ancianos y el personal de salud correspondiente. La desidia con la que el municipio afrontó la situación evidencia la impotencia estatal a la hora de preservar la vida de nuestros vecinos.


La detección del caso y la respuesta municipal


La mujer contagiada había sido internada en el Sanatorio del Oeste una semana antes, el 10/4, por una obstrucción intestinal. Solo un día después fue reinsertada en el geriátrico, donde hay salas comunes de recreación y cuartos compartidos para dormir. Una semana más tarde, luego de haber compartido estos espacios con muchos de los ancianos y trabajadores del lugar, los síntomas comenzaron a aparecer y terminó por confirmarse el contagio del virus.


Apenas detectado el caso, la respuesta de las autoridades municipales fue de abandono. Se decidió el aislamiento “comunitario” de todo el geriátrico (incluyendo el personal de salud), pero con la ausencia fundamental de hisopados para analizar los contagios del lugar. Esto quiere decir que, por falta de espacio físico, aquellos posibles infectados (que no serán testeados hasta que presenten algún tipo de síntomas) conviven en cuartos comunitarios junto a los posibles no contagiados. El resultado de este accionar es la creación de un posible foco de propagación por no discriminar a tiempo qué pacientes o trabajadores contrajeron la enfermedad. El agravante principal es que entre los aislados la mayoría son abuelos, cuya mortalidad frente al Covid-19 es la más alta dentro de los diferentes rangos etarios.


El faltante de insumos para la detección del coronavirus es una constante ya denunciada en otros distritos de la provincia. El caso paradigmático es el del Hospital Belgrano, ubicado en la localidad de San Martín, que con 628 personas, más de 17 de infectados y 24 personas con posible contagio, contaba con apenas 12 hisopados para realizar.


La irresponsabilidad de las autoridades busca esconder el vaciamiento a la salud


El protocolo que el Municipio esgrime para justificar sus actos no provee ninguna garantía. En su apartado sobre “Manejo de contactos”, que hace referencia a aquellas personas que hayan estado a una distancia menor a dos metros del contagiado luego de haber presentado síntomas, establece que “…los mismos deberán permanecer bajo vigilancia activa durante 14 días a partir del último día de contacto con el caso confirmado. (…) Ante la aparición de fiebre u otra sintomatología respiratoria, se considerará caso sospechoso y se procederá en consecuencia”. El problema que se presenta es doble: en primer lugar, no está definido que el contagio pueda manifestarse una vez presentados los síntomas, por lo que la categoría de “contactos” parte de un lugar equivocado.


En segundo lugar, y más importante aún, el protocolo toma por hecho que el aislamiento de los contactos se efectúa en un domicilio, de manera individual. Esto no es así en el hogar en cuestión: los “contactos” duermen en grupos y comparten salas. Si efectivamente existiese algún contagio, lo único que logra la medida adoptada por el municipio es asegurarse que este sea propagado hacia todos los residentes del lugar. De este modo, se procede a la “cuarentena comunitaria” del geriátrico dejando a los abuelos y al personal de salud a su suerte.


El telón de fondo de esta medida busca ser disimulado por el gobierno a nivel nacional: la falta de insumos originada por el vaciamiento hacia la salud provoca que cada localidad deba elegir de forma puntillosa a quienes realizar los hisopados.


Luchemos por una salida integral contra la pandemia


Desde el Partido Obrero-Hurlingham exigimos que se provean ya mismo los insumos correspondientes y se testeen con urgencia a todos los ancianos y el personal de salud del hogar.


Simultáneamente, reclamamos por el cuidado excepcional del personal sanitario, la centralización del sistema de salud y la triplicación de su presupuesto.