Salud

10/7/2020

Hurlingham: el ascenso del Covid-19 en el centro de la escena municipal

El incremento acelerado de los casos positivos de Covid-19 alarma a todos los vecinos de Hurlingham. Con 626 casos confirmados, según el municipio, y 661 según informa el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, el foco contagioso se localiza en las barriadas obreras de todas las localidades del municipio. San Damián, Barrio Mitre, Malvinas y Santa Clara son sólo algunos de los barrios en los que el número de contagios, aún con escasez de hisopados, se ha disparado. No obstante, el alza no se reduce a ellos, sino que alcanza a todos los puntos del distrito. Por un lado, el “Hospitalito” registró por primera vez contagios en el personal; por el otro, los geriátricos siguen siendo vulnerables a la entrada del virus.

Como si no esto no fuese suficiente, la misma Municipalidad ha tenido infectados entre sus trabajadores, a los que ha vuelto a convocar sin distinción entre aquellos con riesgo sanitario y aquellos sin él. Las respuestas que ofrece el intendente, Juan Zabaleta, son inversamente proporcionales a sus repetidas entrevistas televisivas, en donde habla de todo tipo de temáticas, con la excepción de las que preocupan a los trabajadores de Hurlingham.

El sistema de salud municipal en crisis

El nuevo Hospital Modular, la clínica Sagrado Corazón y el Hospital San Bernardino -conocido como “Hospitalito”- son los tres establecimientos sanitarios que existen en el distrito. Por distintas razones todos ellos se encuentran en crisis frente a la pandemia, lo cual se traduce en una situación preocupante para los vecinos. El primero de ellos fue inaugurado con retraso y hasta el día de hoy no completa su equipamiento. Por su parte, la clínica Sagrado Corazón, principal prestataria de Pami en el municipio, se encuentra en una parálisis absoluta, luego de que la obra social rescindiese su contrato con ella. Muchos de sus trabajadores dejaron de cobrar de forma definitiva su salario, por lo que dejaron de asistir a sus puestos. Por último, el Hospital San Bernardino fue blanco de críticas al conocerse la noticia de que parte de su personal de enfermería contrajo el virus. Desde las autoridades municipales comunicaron que sólo habría hisopados para aquellos que presentasen síntomas, lo cual causó que muchos profesionales decidiesen no ir a sus puestos por miedo a contraer la enfermedad.

Esta situación presenta un vínculo directo con la propagación del virus en los hogares de ancianos, en donde se contrae a partir de enfermerxs que deben tomar más de un trabajo para cubrir el mes y que son testeados con retraso cuando se confirman contagios. Este es el caso de “La Nonna Katy”, que a mediados de abril ya había sido testigo de una mala reacción por parte del municipio, frente a la detección de un caso positivo. En este caso, ocurrió un rebrote que concluyó con el contagio de casi la totalidad de quienes residen allí. La situación empeora teniendo en cuenta que muchos adultos poseen cobertura de Pami y tanto el hospital municipal San Bernardino como el Hospital Modular no aceptan su internación, por lo que son trasladados a distintos puntos de la provincia, como General Rodríguez, Monte Grande o al Hospital Posadas.

¿Dónde está la “fase uno”?

Hurlingham fue uno de los tantos municipios que efectuó y profundizó la flexibilización de la cuarentena mientras los casos de coronavirus aumentaban de a decenas diariamente. Las principales industrias fueron habilitadas y las que no lo fueron abrieron igualmente. La circulación en las principales calles del partido, a mediados de junio, se encontraba en niveles equiparables a los anteriores a la cuarentena. El decreto de vuelta a la “fase 1” no modificó esta situación. Salvo contadas excepciones, todos los negocios y fábricas que se encontraban en funcionamiento lo siguen haciendo sin problemas. Esta política fue la que llevó a Hurlingham a liderar sucesivas veces la tabla de crecimiento promedio de casos positivos semanales.

Zabaleta, que pareciera no advertir estos datos, esta semana fue uno de los intendentes que estuvo presente en la reunión con Alberto Fernández para “estructurar la salida de la cuarentena” (Infobae 9/7). Mientras el municipio que encabeza desborda de casos por sus constantes flexibilizaciones, el intendente se reúne para programar nuevas.

Discutamos un plan de urgencia contra el Covid-19

Desde el Partido Obrero llamamos a organizarnos para tener una cuarentena que permita garantizar por un lado la salud de los vecinos del distrito, y por el otro el cumplimiento de sus necesidades básicas. Por eso, planteamos la centralización pública del sistema sanitario bajo gestión de los trabajadores y especialistas sanitarios, que nos permita dar vuelta la situación de los establecimientos del municipio. Reclamamos por un seguro al parado de $30.000, que permita a los desocupados y trabajadores informales tener un ingreso fijo para poder permanecer en sus casas. A su vez, llamamos a crear comisiones de salubridad e higiene en cada lugar de trabajo, con derecho a veto de producción. Sólo las industrias realmente esenciales deben tener permiso para continuar funcionando.