Salud

21/4/2020

¿Lanús está en condiciones de afrontar la pandemia?

La realidad detrás de los anuncios del intendente Néstor Grindetti.

El ejecutivo de la localidad bonaerense de Lanús, a cargo de Néstor Grindetti (Cambiemos), busca mostrarse ante la población del distrito como un agente activo en el enfrentamiento a la pandemia. Y presentar que, como resultado de sus medidas, el sistema de salud municipal se encontraría en condiciones de abordar el previsto aumento en la cantidad de contagiados por coronavirus.


¿Es esto así?


A través del acondicionamiento de espacios como galpones municipales y clubes, el gobierno municipal afirma contar con 1.008 camas para la atención de futuros pacientes, en un partido que cuenta con unas 550.000 personas. Es decir, 2 camas cada mil habitantes, muy por debajo del promedio nacional de 5 (ya de por sí con interrogantes sobre cuántas se podrán destinar a la atención de la pandemia) y cuatro veces menos que las 8 recomendadas por la Organización Mundial de la Salud. A su turno, la mayoría de esas camas, 634, serían extra hospitalarias, ubicadas en los espacios mencionados que claramente no reúnen las condiciones sanitarias necesarias (La Defensa, 16/4).


Por su parte, al día de la fecha hay disponibles en Lanús 67 respiradores artificiales, lo que supone uno cada 8.200 personas, mientras que la misma relación a nivel nacional es de uno cada 4.700 -ya de por sí un promedio escaso si se lo contrasta, por ejemplo, con el estado de Nueva York, que cuenta con el doble de respiradores que la Argentina y aun así ve colapsado su sistema de salud.


Es decir que la capacidad de atender pacientes críticos en el distrito es casi la mitad de la que existe a nivel nacional.


La pose del gobierno de Grindetti contrasta no solo con estos datos sino con la cruda realidad de los hospitales existentes en Lanús. Los trabajadores del Narciso López denuncian faltante de gasas, barbijos y alcohol en gel y solicitan la solidaridad de los vecinos. La misma situación se reproduce en el Evita, a lo que se suma la situación de 30 trabajadores dependientes de la Asociación Cooperativa Hospital Evita que se encuentran sin cobrar sus salarios. Esta  cooperativa (otra expresión del ajuste sobre la salud) se hacía cargo de comprar insumos o de complementar la atención en distintos sectores del hospital a través de fondos provistos por el Bingo Lanús, propiedad de Codere -el cual, como consecuencia de la cuarentena, dejó de otorgar ese financiamiento. Mientras tanto, continúa el rechazo a reabrir y estatizar la clínica Estrada, que podría albergar pacientes en condiciones óptimas.


Como si esta situación no fuera suficiente, las vacunas antigripales y antineumocócicas se agotaron en todos los vacunatorios (La defensa, 15/4)


La política de la gestión municipal, lejos de orientarse a garantizar los recursos para equipar verdaderamente al sistema de salud, se ha caracterizado por los subsidios y exenciones a las patronales. El desfinanciamiento producto de esta política hace peligrar el pago de los salarios municipales. Por su parte, el gobierno provincial de Axel Kicillof, responsable del financiamiento de los hospitales provinciales, tampoco brinda los recursos necesarios.


El gobierno nacional avanza en una cuarentena “administrada” a nivel nacional, que no es otra cosa que su flexibilización escalonada en beneficio de los empresarios y en demérito de la salud, y se prevé que estamos en la antesala de la expansión general de la pandemia. Los trabajadores y vecinos de Lanús no contamos con un sistema de salud preparado.


Por ello debemos oponerle a esta política un programa y una intervención propia. Los sindicatos, empezando por los de la salud, deben reclamar por todas las condiciones necesarias para enfrentar la pandemia. Más que nunca es necesaria la centralización del sistema de salud y terminar con el pago de la deuda externa y los subsidios a los grupos capitalistas, para contar con los recursos para resguardar la salud y las condiciones de vida de los trabajadores.