Salud

22/4/2020

Lanús: trabajadores del Hospital Evita denuncian barbijos y respiradores dudosos y camisolines hechos con bolsas de residuo

En una carta abierta resuelta en asamblea, dieron cuenta de las peligrosísimas condiciones para profesionales y pacientes.

Mediante una carta abierta resuelta en asamblea y publicada este martes 21, los residentes y concurrentes del Hospital Evita de Lanús volvieron a exponer las pésimas condiciones en las que se encuentran desempeñando sus tareas.


Se trata de situaciones escandalosas en relación a insumos vitales: barbijos entregados que no cuentan con aprobación y ni siquiera tienen marca o especificaciones técnicas para corroborar su eficacia; respiradores que no son del tipo N95 o cuya fecha de producción corresponde al año 2009 (por lo que su certificación de calidad es dudosa y su funcionamiento no está asegurado); y camisolines hechos con telas casi transparentes que no sobrepasan la cintura (cuando deberían llegar hasta las rodillas) , algunos realizados con bolsas de residuo.


Mediante esta iniciativa pusieron de manifiesto la amenaza que significa para la vida de los trabajadores el hecho de que el gobierno provincial no haya satisfecho las exigencias que demanda el crítico cuadro sanitario en el que se desarrolla la propagación del coronavirus en el distrito y en la provincia, y ante el cual los profesionales de la salud vienen insistiendo con sus demandas.


Estamos en la antesala de un verdadero desmadre social y sanitario, lo que hace imprescindible un aumento presupuestario que permita dotar al conjunto del sistema de salud con los requerimientos necesarios. El gobierno de Axel Kicillof, así como el intendente distrital Nestor Grindetti, han avanzado en el camino contrario, perpetuando el desfinanciamiento sanitario y sometiendo al personal médico a trabajar en condiciones deplorables, incluso ofreciéndoles un bono miserable de 20.000 pesos a pagar en cuatro cuotas.


A esta política ajustadora debemos oponerle un programa de salida integral. Es necesaria la centralización del sistema de salud bajo control obrero y el desconocimiento total de la deuda externa, para volcar todos los recursos al servicio de la lucha contra el virus y  para velar por la salud de todos los trabajadores. La asamblea y la intervención de los residentes y concurrentes del Evita marcan el camino.