Los hospitales del norte neuquino están muy lejos de contar con los recursos necesarios para enfrentar la pandemia de coronavirus y cumplir con el protocolo específico de atención para esta enfermedad. Es generalizad la falta de insumos básicos – alcohol líquido, alcohol en gel, barbijos, guantes, camisolines, camas, etc…- como resultado del vaciamiento presupuestario del sistema público de salud.

La Zona Sanitaria III, con hospital de cabecera en Chos Malal, atiende el cuadrante norte de la provincia, donde hay a su vez cinco hospitales más pequeños: Tricao Malal, Andacollo, Las Ovejas, Buta Ranquil y El Cholar. Dicha cabecera, que está destinada a la atención de 40 mil personas aproximadamente, presenta déficits en los elementos básicos de bioseguridad. La situación se agrava por no contar con disponibilidad de terapia intensiva en cortas distancias, teniendo que derivar todos los casos críticos al Hospital Regional Zapala, a 200 kilómetros de la ciudad de Chos Malal y hasta 300 kilómetros desde otros hospitales.

En la ciudad de Chos Malal, el hospital cabecera está preparado con 19 camas, solo para pacientes que no requieran asistencia respiratoria mecánica. No cuenta con terapia intensiva, y posee dos respiradores sólo para usos temporales, como traslados o derivaciones. Para enfrentar la pandemia se equipó el gimnasio municipal de la ciudad con 20 camas para recibir otros pacientes asintomáticos, como lugar de aislamiento, sin condiciones sanitarias necesarias y ocultando la deficiencia en el sistema de salud. Esta política también se replica en otras localidades.

El gobierno insiste en la figura de los trabajadores de la salud como “héroes”, pero eso lo revela al propio Ejecutivo como villano, que envía a los trabajadores a una guerra sin recursos.

En los hospitales del norte neuquino no hay Equipos de Protección Personal (EPP), y los barbijos que usan los trabajadores fueron donados por la comunidad. Los hospitales están sostenidos con un recurso humano muy deficiente, obligando a largas jornadas extenuantes, superexplotación y sobrecarga de guardias.

Gabriela Pérez Guzmán, profesional de la salud en Hospital Andacollo y miembro de Tribuna de Salud, señala que la falta de insumos básicos “va más allá de esta cuarentena. No se promueve el crecimiento del sistema de salud, sino todo lo contrario: hoy sufrimos las consecuencias de un constante desfinanciamiento. Es indignante que el gobierno nos exija seguir soportando esta situación y nos mande a trabajar con escasos insumos”

A su turno, Pérez Guzmán señala que “los Comités de Seguridad se han apoyado en la solidaridad de los vecinos y vecinas, pero la provincia se endeudó por 140 millones de dólares a principio de mes y no se ha visto la inversión. Por ejemplo, ¿dónde están los 30.000 módulos alimentarios?, o ¿cómo permite el gobierno que la minera de la zona, muy oronda, desaparezca de escena durante este tiempo sin pagar los salarios de 238 familias? Los fondos se destinan a la cancelación de pago de deuda pero nada para el pueblo”.

Es necesario poner en pie comités de seguridad e higiene en hospitales y clínicas, electos por los trabajadores.

Exigimos el avance en la centralización del sistema de salud, de sector público, privado y obras sociales.

Aumento presupuestario para un sistema de salud en condiciones de enfrentar la pandemia.

Cumplimiento de los protocolos y provisión de EPP.