Salud

4/9/2008|1053

Macri es insalubre

Tribuna de Salud

Menos de un año de “gestión” de la derecha porteña, y los resultados no se hicieron esperar.

El ministro de Salud, Dr. Jorge Lemus, anunció tempranamente el cierre de los hospitales Borda y Moyano.

La lucha de los trabajadores y pacientes detuvo temporariamente la topadora macrista.
Pero el proyecto inmobiliario de la zona sur sigue en marcha.

En los terrenos de los hospitales neuropsiquiátricos se construirá el Parque Cívico, y en las “áreas vacantes” de Patricios y Barracas el Parque Lineal del Sur, atravesando el Muñiz, el Malbrán y los alrededores del Garrahan.

En el Rivadavia, con quirófanos cerrados e interminables listas de espera quirúrgica, un megaproyecto con financiamiento bancario pretende ocultar el abandono del gobierno.

Está en marcha el proyecto de reconversión hospitalaria del macrismo: compactar el Ferrer, el Udaondo y el Muñiz, en los terrenos del Hospital de Infecciosas.

Es la avanzada del negocio inmobiliario y la política de privatización de la salud del jefe de gobierno PRO.

Es la misma “gestión” que le ofrece los hospitales públicos a las universidades privadas a cambio de un arancel.

Son los negocios privados del gobierno porteño ¡en el hospital público!

El macrismo marcha hacia la eliminación total del presupuesto de salud. Todo tendrá su precio y todo se venderá. La “Ley de Facturación y Cobro de Prestaciones” es un anticipo.

Al abandono edilicio se le suman el desabastecimiento de insumos y la caducidad del equipamiento tecnológico de diagnóstico.

La exclusión de los pacientes del conurbano y de los extranjeros es la marca registrada del macrismo.

El vaciamiento hospitalario sigue ahora al ritmo del método de Cacciatore.

Los trabajadores y profesionales del Gutiérrez, Alvarez, Tornú, Fernández, Udaondo, Muñiz han enfrentado la política privatizadora, reclamando insumos, nombramiento de personal, equipamiento y contra el achicamiento de la seguridad en los hospitales.

Pero es en la política salarial donde el gobierno esgrime su garra, negando el 82% para las jubilaciones y clausurando la discusión salarial con aumentos insuficientes y retrasados, obedeciendo la política kirchnerista, pactada con las burocracias gremiales.