Salud

9/5/2020

Mendoza: crece la violencia contra los trabajadores de la salud

Por responsabilidad de los empresarios de la salud y del Estado.

El Instituto nacional contra la discriminación, la xenofobia y el racismo (Inadi) de la provincia de Mendoza informó que, de la totalidad de las denuncias recibidas por este organismo, el 98% está relacionado con el Covid-19, de los cuales el 40% pertenecen a trabajadores de la salud.


Es decir que el sector de la clase trabajadora más expuesto, nuestra primera línea de defensa frente a esta enfermedad que está azotando a millones de personas en el mundo, está siendo presa sistemática de una campaña de hostigamiento y violencia por parte de un sector de la sociedad asustado,motivado permanentemente por personeros mediáticos del capital y también por funcionarios como el caso de Quintela, gobernador de La Rioja, que acusó a los trabajadores de la salud de ser responsables de su propio contagio, tratándolos de desidiosos.


El contagio de los trabajadores de la salud y su capacidad de propagación de la enfermedad tiene que ver sin ningún tipo de dudas con las condiciones de trabajo donde, sea el sector privado o estatal, no se les  proveen de los medios de protección. Los reclamos más fuertes de los trabajadores de la salud justamente tienen que ver con ello.


O sea que la “violencia social” descripta nace y se profundiza en los lugares de trabajo. Allí, la precarización laboral, los bajos salarios y la falta de condiciones de higiene y seguridad en la que se desempeña el personal de salud es, en los hechos, una forma de violencia, en este caso ejercida directamente por las instituciones, ya sea el propio Estado o las patronales de las clínicas privadas. El remate es dado por la burocracia sindical por acción (violenta) u omisión, dejando desamparados a los compañeros frente a los distintos ataques. Por lo tanto, frente a estos hechos, el personal de salud se encuentra totalmente desprotegido.



La única solución que han encontrado los funcionarios del Inadi es iniciar una campaña por redes sociales. Una medida timorata que solo busca funcionar como escudo de protección para sus propios cargos políticos, que se encuentra lejos de ser una ayuda real en esta escalada de violencia y discriminación.



Queda demostrada la importancia vital que tienen las y los trabajadores de la salud frente a situaciones de vulneración de la salud del pueblo, como lo es en esta pandemia, ya sea por una enfermedad o directamente por el accionar de un sistema que prioriza la ganancia de una minoría parasitaria por encima de la vida de quienes a través de su trabajo mueven al mundo.



Esta situación, en el marco de una crisis sanitaria sin precedentes, es un llamado a sacar conclusiones profundas para todas y todos los trabajadores de cada una de las ramas de servicios e industrias para entender, quién es quién, y el lugar que ocupa nuestra clase social, la clase verdaderamente productiva, en este régimen social violento e injusto.



Los aplausos son un lindo gesto pero solo es eso, un lindo gesto. Es necesario que se rodee de solidaridad de clase a cada uno de los trabajadores de salud, tanto profesionales como no profesionales, acompañando a quienes fueron agredidos o están siendo amenazados, como así también apoyando todas las acciones en defensa del salario y las condiciones de trabajo.