Salud

18/6/2020

Merlo: un municipio en crisis

Gustavo Menéndez, intendente de Merlo

En 90 días de cuarentena, Merlo lleva ya 508 casos de coronavirus reportados, con una curva de contagios que no deja de crecer. Solo entre el 16 y el 17 de junio se informaron 32 casos más (La Nación, 17/6). Peor aún, al viernes 12, de acuerdo a información oficial, en Merlo había 399 casos; en solo cinco días los indicadores se dispararon de forma exorbitante.


Desde Prensa Obrera advertimos tempranamente esta situación, y pusimos el foco en la necesidad de extremar las condiciones de aislamiento de la población (al tiempo que se autorizaba a Massalin, Fucile y las agencias de Quiniela a funcionar) pero también garantizar las condiciones sanitarias, el reparto de elementos de higiene en la población y la centralización del sistema de salud. El intendente Gustavo Menéndez dice que tiene cientos de camas disponibles, ocultando que se trata de cuchetas en galpones cedidos por los clubs. Un informe publicado en las últimas horas da cuenta de que para julio la disponibilidad de camas con respiradores podría llegar a una situación crítica en toda la provincia (Infocielo, 15/6).


¿Dónde se concentran los casos en el distrito de Merlo? La mayoría de ellos se da en los barrios más aislados: en Las Torres, por ejemplo, los vecinos denuncian que hay más de 9 familias aisladas, con casos confirmados, y que en ningún caso han recibido ayuda por parte de la municipalidad sino que ha sido el mismo barrio el que se organizó para alcanzarles alimentos y artículos de primera necesidad. Lo que llega de Nación y provincia es exiguo, y no hay una entrega de forma masiva.


Otro de los grupos en los cuales se concentran los casos son los adultos mayores: varios de los fallecidos corresponden a casos de ancianos que se contagiaron del virus en la Clínica Noguera, un centro privado donde se derivan los pacientes de Pami y que es famoso por sus condiciones de deterioro, falta de higiene y sobreexplotación al personal. Pero no hace falta estar internado para estar expuesto al virus: las filas interminables para los bancos y farmacias alrededor de las fechas de cobro aglutinan a cientos de personas cada mes.


Otro de los puntos de contagio se relaciona con los lugares de trabajo. Se habilita a las grandes empresas sin que haya ningún tipo de control sobre el cumplimiento de los protocolos de salud: el caso paradigmático es del supermercado Vea de Merlo Centro, donde tres cajeras se contagiaron y la empresa continuó con sus puertas abiertas ante la vista gorda de la burocracia y los inspectores municipales, poniendo en riesgo tanto a trabajadores como a los miles de clientes que realizaron compras allí: la sed de ganancias de la patronal termina contagiando a la población de Merlo que va a realizar sus compras. En la Clínica Provincial, según fuentes, habría más de 19 trabajadores de la salud contagiados después de ser expuestos al virus sin los elementos de protección necesarios.


Ante esta situación, es necesaria la intervención de los trabajadores, organizando comités de trabajadores que exijan la asistencia en los barrios y aseguren el cumplimiento de los protocolos en los lugares de trabajo.