Salud

2/5/2013|1266

Montenegro, el renunciable que permanece

Cuestionamientos al ministro de Justicia y Seguridad luego de la represión en el Borda

Plaza de Mayo

Decenas de heridos provocados por la represión policial realizada en el ámbito de un hospital psiquiátrico. La frase condensa toda la violencia producida el viernes por la mañana. Una violencia que se posó sobre trabajadores estatales, personal médico, pacientes e incluso periodistas y fotógrafos que cumplían con su labor cotidiana, que es intentar reflejar la realidad. Las imágenes de la represión en el Hospital Borda y los testimonios de esos momentos salvajes produjeron que se exija la renuncia de Guillermo Montenegro, ministro de Justicia y Seguridad porteño, responsable político de la acción policial. “No es mi idea renunciar”, dijo Montenegro, que enfrentó el pedido en una sesión de interpelación en la Legislatura porteña y a quien, junto a su mandante Mauricio Macri y la vicejefa de Gobierno María Julia Vidal, les fue dedicado el paro de trabajadores estatales en repudio a la represión.


La dirección de la Metropolitana, fuerza de Seguridad porteña, tiene en Horacio Giménez, un hombre de la Federal exonerado de esa institución, a su jefe y comandante del operativo en el Borda. No es el único exonerado de la fuerza nacional que pasó a integrar la policía porteña. Y no es el único ex federal, el personal de la Metropolitana está atravesado por los vicios de la aquella otra fuerza. Tanto así que actuaron de manera conjunta cuando reprimieron en el parque Indoamericano y se cobraron las vidas de dos de sus ocupantes. Por esa acción, la Justicia acaba de llamar a indagatoria a 40 policías de ambas instituciones policiales. Montenegro es el responsable político de las represiones con balas de goma y violencia en el parque Centenario. Y es el responsable político de la represión con balas de plomo, que hirieron a tres personas y que podrían haber causado muertos, cuando los acontecimientos del Teatro San Martín. Montenegro es el responsable político de una fuerza policial que tenía entre su periferia al espía Ciro James, jefe de una red de espionaje promovida por los altos mandos del gobierno porteño. La acción del viernes no es una excepción de la policía Metropolitana, sino que responde a un método. A un modus operandi.


Ilegal de toda ilegalidad y salvaje de todo salvajismo, la represión policial amparada por el gobierno de Mauricio Macri y cuyo responsable político es Guillermo Montenegro provocó decenas de heridos y retrató el modo con que piensa defender los negocios inmobiliarios (promovidos por el pacto macrista-kirchnerista en la Legislatura) la intendencia de la ciudad. “No es mi idea renunciar”, dijo Montenegro. La historia demuestra que los hombres muchas veces cambian de idea movidos por la realidad de sus circunstancias.