El pasado 6 de abril, una mujer de 65 años falleció en la clínica privada Centro de Salud Norte, ubicada en la localidad bonaerense de Vicente López. 

Según los informes de la clínica, la paciente había fallecido producto de un paro cardiorrespiratorio luego de haber estado internada durante cuatro semanas -en principio, por una infección en el sistema urinario.

Debido a ese padecimiento, la mujer fue internada en terapia intensiva y posteriormente, al mejorar su cuadro de salud, fue trasladada a terapia intermedia. Finalizando el mes de marzo, el hermano de la víctima apreció que su situación empeoraba y que sus síntomas eran correspondientes con los de Covid-19. La semana siguiente falleció. 

La familia hizo la denuncia ante la justicia, quien ordenó una autopsia que determinó que la víctima estaba infectada con coronavirus. Hasta ese momento, a pesar de la insistencia de los familiares, la clínica se había negado a aplicar los protocolos poniendo en riesgo al conjunto de sus trabajadores y pacientes.

La negligencia empieza en el municipio

Como ya denunciamos en Prensa Obrera, Jorge Macri destina los fondos municipales a acrecentar la presencia policial en los barrios y a intensificar los métodos represivos para “hacer cumplir la cuarentena”. Mientras tanto, niega insumos preventivos a los trabajadores de la salud y a los municipales, tanto a los recolectores y barrenderos como a los empleados de los comedores que entregan viandas. 

Las autoridades del municipio tampoco destinan una partida de presupuesto para crear organismos que garanticen que los centros de salud privados cuenten con todo lo necesario para evitar el contagio entre sus propios trabajadores y pacientes, sino que permite que, como en este caso, se conviertan en centros de propagación de la infección. 

La responsabilidad es del Estado

El surgimiento del Covid-19 profundizó la crisis capitalista a una velocidad vertiginosa. Rápidamente puso de manifiesto el vaciamiento de los sistemas de salud en todo el mundo y su relación con la proliferación de estructuras sanitarias del sector privado que funcionan como un negocio extraordinario. El gobierno de Fernández tuvo que retroceder ante los capitalistas de las prepagas frente al rumor de un DNU que amenazaba con unificar el sistema de salud del país, mientras Kicillof propone aumentos de miseria en la paritaria de los trabajadores de la salud de la provincia.

Ejemplos como el de la clínica “Centro de Salud Norte” ponen de manifiesto la necesidad de centralizar el sistema de salud público, privado y las obras sociales bajo un control unificado con el objetivo de ampliar los recursos sanitarios y tener mayor margen de maniobra ante la expansión (inevitable) del virus. Es urgente el control popular de la cuarentena, de modo que seamos los vecinos trabajadores los que definamos dónde es necesario reforzar los recursos de los distintos municipios y terminemos con los especuladores que sacan rédito con nuestra salud.