Salud

9/6/2020

Pluriempleo, la realidad de miles de trabajadores de salud en Córdoba

Avancemos en la centralización del sistema de salud.

Un reciente artículo del diario cordobés La Voz del Interior, titulado “Ocho de cada 10 médicos tienen más de un empleo”, afirma que “el sistema ya estaba atado con alambre” y da cuenta de un sinfín de reclamos que las y los trabajadores veníamos planteando y que con la pandemia se han agudizado.


El sistema de salud se encuentra en crisis y los gobiernos cortan por lo más fino, sometiendo a les trabajadores de la salud a la precarización laboral. La multitudinaria caravana de médicos del pasado 25 de mayo en Córdoba (en consonancia con otras en variados puntos del país) reunió la indignación de miles y expresó todas las problemáticas que atravesamos; la menos visible, pero más naturalizado, es la del pluriempleo.


La crisis sanitaria se expresa en el vaciamiento hospitalario en general, con la consecuente mercantilización y privatización de amplios sectores del sistema público. Y, en ligazón con esto, tienen lugar grandes negociados a través de obras sociales y prepagas, que colocan entre los grandes grupos capitalistas del país a los dueños de la medicina privada y los pulpos farmacéuticos.


En este marco, miles de trabajadores de la salud contamos con salarios muy por debajo de la canasta familiar, lo que nos empuja a la vorágine del pluriempleo. Para lograr llegar a fin de mes, lo más probable es que uno tenga varios empleos en negro o como monotributistas y en el mejor de los casos, uno de ellos en blanco en el Estado, lo que tampoco garantiza sea de planta. Además de los existentes en clínicas privadas, se trabaja para empresas de atención domiciliaria, urgencias y hasta en consultas telefónicas (teleasistencia).


La mayoría de quienes no estamos bajo el ala estatal debemos así conformar nuestro salario, hacer nuestros propios aportes personales y a la obra social. Y, desde ya, no tenemos vacaciones pagas, aguinaldo ni licencias pagas por enfermedad o maternidad.


Médicas y médicos que corren de un consultorio a otro, enfermeras y enfermeros que trabajan dobles jornadas (¡16 horas!), psicologxs, kinesiólogxs, fonoaudiólogxs, y demás áreas para quienes el Estado no tiene más lugar que practicas no rentadas, o a lo sumo una residencia bajo una beca de $35.000. Esa es la respuesta que el gobierno tiene para les profesionales de la Salud, pese a ser notable la falta de personal dentro del sistema público.


Sin posibilidad de trabajar en hospitales públicos, un profesional debe trabajar en el sistema privado que maneja honorarios a discreción, o mediante las coberturas de las obras sociales que cada vez son menos y que los profesionales cobramos diferido, con suerte a 60 días.



Criminalización y precarización


En este cuadro recogió un gran repudio el accionar del gobierno provincial de Juan Schiaretti que, mediante la imposición de declaraciones juradas, buscaba lavarse las manos frente a los potenciales contagios que pudieran resultar de esta situación, a la que prácticamente todos los agentes sanitarios nos vemos expuestos. De hecho, los magros salarios que paga la provincia empujan al pluriempleo, que es uno de los principales factores de riesgo para les trabajadores.


En materia salarial, vale recordar que la última paritaria fue de un 17% en cuotas. La cerró José “Pepe” Phien, secretario general de la CGT Regional y del Sindicato de Empleados Públicos (SEP), a espaldas de los trabajadores. La misma modalidad con la que se acaba de hacer con una jubilación de privilegio, pocos días antes de votar, como legislador provincial, el gigantesco ajuste contra las jubilaciones provinciales.


No extraña el accionar de la burocracia sindical, ya que además de entregar nuestros salarios es cómplice del vaciamiento de nuestras obras sociales, como así también de los intentos de avanzar en la superexplotación que se intenta imponer mediante la telemedicina, ante la cual han mantenido estricto silencio. Los dirigentes sindicales, corrompidos con los fondos de la Superintendencia de Salud, administran los sanatorios como si fueran sus empresas y sobrefacturan los costos en detrimento de los afiliados.


Los magros salarios del sector no son ajenos para los gobiernos que nos considera “esenciales” y nos coloca en la primera línea de atención, aunque sin garantizarnos siquiera los Equipos de Protección Personal. Demagógicamente se ha anunciado con bombos y platillos un bono incentivo, sumamente restrictivo, que hasta la fecha casi nadie cobró.


La pandemia no solo ha puesto sobre la mesa el endeble y vaciado sistema de salud pública, sino que ha desenmascarado la perfidia con la que se manejan los empresarios de la salud privada, las obras sociales y las prepagas. En Argentina, estas conforman subsistemas que no interactúan entre sí, con el resultante desmanejo del sector.


Para terminar con el pluriempleo, desde Tribuna de Salud entendemos como fundamental que haya un aumento salarial de emergencia y de los nomencladores que rigen los honorarios. Que se pase a planta permanente al conjunto de los agentes de salud en los hospitales y nosocomios públicos; sea nombrado el personal faltante en todas las áreas y sectores; y se termine con la tercerización del personal de limpieza, seguridad, mantenimiento, cocina y lavandería.


Es precisa la triplicación del presupuesto de salud sobre la base del no pago de la deuda externa, un impuesto extraordinario a las grandes fortunas y la eliminación de los negociados de privatización de la salud. Este programa integral solo podrá desarrollarse sobre la base de avanzar en la centralización del sistema de salud público y privado, de obras sociales y prepagas.