Salud

25/2/2019

Recortan 87 concurrencias de Psicología en hospitales porteños

Nueva ofensiva contra la salud pública.

Días atrás se dieron a conocer los cargos ofrecidos para el concurso unificado de residencias y concurrencias de Ciudad y Provincia de Buenos Aires. Allí, en el ítem de concurrencias de Caba, en la especialidad de Psicología, se constata un brutal recorte que barre con la mitad de los puestos, pasando de 180 a 93.


El recorte de Horacio Rodríguez Larreta se efectúa en el sector más precarizado, los concurrentes, a quienes, con la excusa de que “están aprendiendo”, no se les paga un solo peso por realizar exactamente las mismas tareas que el resto de sus colegas. Pero afectará también a aquellos que logren ingresar a alguna de las 40 vacantes de residencia en la Ciudad de Buenos Aires, ya que la disminución de concurrentes reforzará más que nunca la intensidad y el ritmo del trabajo, a la par que actuará como un factor de presión para aceptar la caída del salario -que hoy apenas orilla media canasta básica, para una labor ultra calificada.


El recorte de los puestos se produce cuando la cantidad de inscriptos para residencias y concurrencias del área alcanza los más de 800, superando en un 50% los del 2018, que ya constituían un récord histórico. Lejos del verso oficial sobre la formación profesional, es la versión para “jóvenes psicólogos” de las colas interminables en busca de empleo.


De conjunto, estamos frente a una política deliberada de vaciamiento del sector de salud mental en la Ciudad. El recorte se inscribe en un incremento en la política de hostilidades hacia los trabajadores de la salud mental, un sello distintivo de la gestión Cambiemos en la Ciudad. Ocurre que el recorte de concurrentes afectará fuertemente la endeble estructura de salud mental del ámbito público, que se sostiene con trabajo gratuito. En términos concretos, esta medida plantea limitar al mínimo la capacidad de atención en hospitales y centros, y ni hablar de los servicios de salud mental en hospitales generales.


Para frenar esta ofensiva, se hace necesario un fuerte reclamo al poder político. La presencia de los actuales residentes y concurrentes, junto con los cientos que aspiran a serlo, debe conjugarse con las luchas en curso, en especial las recientes de salud mental y enfermería, para potenciar los reclamos y hacerse oír con más fuerza. Promovemos la movilización a la Legislatura el 1° de marzo, día de apertura de las sesiones de la Ciudad, y a todas las instancias de lucha y organización que conformen sus protagonistas.