Salud

8/5/2020

Salud privada: rescatan a las empresas, ajustan los salarios

Los trabajadores de la primera línea denunciamos la precarización y los recortes salariales.

médico residente.

Protesta de trabajadores del Sanatorio Otamendi

En el medio de la pandemia por Covid-19, los trabajadores de la salud privada han recibido la noticia de que sus patronales pagarán solo el 50% de su salario, a la espera del pago del resto por parte de los fondos del Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP). Esto luego de que se haya difundido hace algunos días, que el Hospital Italiano de Buenos Aires estaba realizando recortes del 12% a sus “autónomos y monotributistas”. El sistema de salud privado, gran ganador en las últimas décadas mediante la tercerización de servicios al Estado, y mediante tarifazos a sus afiliados, se erige sobre un verdadero “submundo” de la precarización laboral, nutriéndose a su vez del pluriempleo que provocan los bajos salarios. Con el escándalo de la reducción en el Hospital Italiano, desde AMAP (Asociación de Médicos de la Actividad Privada) denunciaron el encubrimiento de la relación de dependencia de más de 2000 médicos, bajo la forma de monotributistas. Lo mismo sucede a lo largo y ancho del país, con trabajadores en condición de monotributistas que solo facturan por procedimiento, con salarios por debajo de la canasta básica familiar, sin ningún beneficio por convenio, sin vacaciones pagas, y en algunos casos sin ART.


Otro triunfo del lobby sanitario


Como sucediera frente al debate por la centralización del sistema de salud, nuevamente el lobby de la salud privada logró un rescate en regla. Mediante una carta dirigida al ministro Ginés González García, la  Asociación Civil de Actividades Médicas Integradas (ACAMI) pidió asistencia económica que cubra a todas las prestadoras privadas de servicios médicos. Esta asociación, cabe mencionar, nuclea a poderosos grupos empresariales como OSDE, SanCor Salud, Sanatorio MaterDei, la Clínica Adventista de Belgrano, los Hospitales Italiano, Británico, e incluso obras sociales como la del grupo Techint. Rápidamente el gobierno acudió al rescate, otorgando el subsidio del ATP para el 50% de los salarios del personal; esto sin hacer una valoración real de sus balances, y sin anunciar ni una medida concreta para los trabajadores de la primera línea, que al día de hoy ni siquiera vimos el famoso bono de 5000 magros pesos. A esto hay que sumarle que a estas empresas se les otorgan grandes beneficios en términos de aportes patronales, con vencimientos especiales para las obligaciones de marzo y abril, como así también la reducción en el pago de “hasta 95%” (!!!) de las contribuciones para el sistema integrado previsional argentino, algo que incluso la jefatura de gabinete puede luego prorrogar. Mientras tanto, los afiliados deben seguir pagando íntegramente las cuotas y las prestaciones que han tenido que realizar. Las patronales dieron el batacazo, el “Estado Presente” es una realidad para los empresarios.


La situación en la primera línea


Al momento, se han confirmado 863 casos de infectados entre los trabajadores sanitarios, superando el 16% del total, y 9 muertes entre nuestros compañeros (BAE Negocios, 6/5). En este contexto, los trabajadores de la salud en el ámbito privado recibimos el mes de mayo en verdaderas condiciones de emergencia. No solo por el faltante denunciado, en muchos casos, de EPP (equipos de protección personal) tal y como sucede en el sector público, sino también por la merma en nuestros ingresos. El cierre de consultorios y anulación de prácticas ha dejado sin ingresos a gran cantidad de monotributistas que cobran por producción, y el recorte en horas extras ha afectado a quienes cobramos sueldos que ni siquiera llegan a la canasta básica familiar. Esto es particularmente cierto para el sector de médicos residentes, que trabajan jornadas extenuantes, con guardias de hasta 36 hs corridas, en su mayoría contratados como “becarios”, sin contar con aguinaldo ni otros beneficios de convenio. Frente a esto, las patronales no han dado ninguna respuesta, como tampoco la burocracia del sindicato de Sanidad, encabezado por el albertista Héctor Daer, quienes no se han pronunciado frente a un nuevo saqueo de la Anses, que ya sufre un desguace para el pago de la deuda externa, y la cual, por otra parte, no recibe de parte de los pulpos sanitarios ni participación accionaria, ni beneficio alguno.


Rechazamos el pago de nuestros salarios con plata de la Anses, reclamamos que las empresas de salud abran sus libros, bajo control de los trabajadores, para determinar el estado de las cuentas. Reclamamos el pago inmediato del 100% allí donde no se haya realizado, sin ningún recorte. Universalización y aumento del bono para los trabajadores de la salud, con carácter remunerativo. Pase a planta de todos los trabajadores tercerizados y monotributistas precarizados. Vamos por comités de higiene y bioseguridad, con participación de trabajadores electos en sus lugares de trabajo. Por último, es imprescindible la centralización del sistema de salud que bloquean los lobbys de la salud privada, como así también el no pago de la deuda, para volcar todos los recursos necesarios para afrontar la pandemia.


Los trabajadores del Sanatorio Otamendi presentaron una rápida reacción movilizándose frente al anuncio del pago parcial de salarios. El mismo camino siguen los residentes y concurrentes, que determinaron en una asamblea nacional las medidas de lucha del día 7/5, que incluyeron una marcha contra el pago escalonado en la legislatura de CABA . Tanto en sanatorios como en centros de salud privada hemos sido históricamente precarizados, bajo la extorsión que significan los contratos basura y sin un sindicato que nos defienda. Sin embargo, las experiencias recientes demuestran que allí donde nos organizamos, pueden imponerse protocolos de atención, elementos de protección personal y el pago íntegro de los salarios. Con esta orientación, desarrollemos la organización en la primera línea.