Salud

31/5/2020

Salud: tras las caravanas en varios puntos del país, se plantea profundizar y unificar la lucha

Preparemos una gran jornada nacional el 10 de junio.
 

Delegado en la Junta Interna de ATE del Hospital Garrahan

Este sábado 30 se desarrollaron en diversos puntos del país una importante cantidad de caravanas protagonizadas por un sector de trabajadores de la salud.


Si bien las convocatorias no tuvieron un eje nacional único, se destacaron entre los reclamos la necesidad de equipos de protección, el rechazo a la persecución judicial y la necesidad de terminar con la precarización laboral. Uno de los volantes virtuales proclamaba que “los trabajadores de la salud somos muchos, ahora somos uno”. Indudablemente, operó como continuación nacional de las dos caravanas  realizadas en Córdoba la semana anterior.


Esta vez, se destacaron concentraciones en el Obelisco, distintos puntos del conurbano y el interior de la Provincia de Buenos Aires, Chaco, Tucumán y Mendoza, por nombrar algunos ejemplos. En Santiago del Estero, por caso, la policía impidió la movilización siguiendo órdenes del gobierno. Por otro lado, el intento de grupos minoritarios y ultraderechistas por confundir su concentración bolsonarista anticuarentena convocando al mismo horario fracasó.


Es lógico que la jornada del 30 se haya convertido parcialmente en un canal de lucha. Sucede que la burocracia sindical actúa en frente único con la patronal respecto de los reclamos de los trabajadores. Con todas las diferencias del caso, pues hay gran cantidad de sindicatos actuantes, en general coinciden en una integración al Estado empleador que luego se manifiesta en la justificación de las enormes carencias para enfrentar la pandemia. Ni hablar de la sanidad privada, donde Héctor Daer permite los atropellos más brutales por parte de los mercaderes de la salud. Entonces, la  tensión en la “primera línea”, que se acumula a medida que avanzan los casos sin que sean solucionados los problemas estructurales, busca expresión “como puede” -por ejemplo, estas autoconvocatorias.


La imputación de un médico como “propagador” del virus -hecho que desató la primera movilización en Córdoba- no fue una extravagancia judicial; sigue una línea que baja desde la cúspide del poder estatal, como ilustraron las declaraciones de Ginés González García responsabilizando por el contagio a los propios trabajadores, mientras hay centros de salud sin los insumos más básicos. Como si esto fuera poco, ni siquiera se cobró el prometido bono miseria y discriminador (los listados son discrecionales y se castiga a enfermos/as y cuidadores/as de la niñez). En la “agenda” de los bloques patronales se coló una ley precarizadora con relación a la telemedicina, sin que los sindicatos abrieran la boca. A la vez, el ministerio que no resuelve las necesidades de los trabajadores trabaja como prioridad un ajuste privatista.


Desde luego, el Covid-19 afecta a una Argentina que ya tenía un sistema de salud devastado tras décadas de vaciamiento y privatización. La altísima tasa de trabajadores de la salud contagiados no es producto de la fatalidad, pues está determinada por carencias materiales como bajos salarios y el consiguiente pluriempleo; falta de equipos de protección en cantidad y calidad;  dotación de personal insuficiente. Por eso, muchos de estos reclamos estaban presentes en los carteles de los autos que marcharon el sábado.


La pregunta planteada es cómo seguir, toda vez que los reclamos siguen insatisfechos y cada día que pasa nos acercamos más a la temida saturación del sistema. Las actividades del 30 surgieron de distintos grupos de médicos autoconvocados; es preciso ampliar un paso más la convocatoria. Para nuestra agrupación Tribuna de Salud, es fundamental evitar la fragmentación de reclamos “por disciplina profesional”. Esa división es funcional a las patronales, sean públicas y privadas. En contraposición con ella, reivindicamos la unidad de los trabajadores y trabajadoras de la salud en todas sus funciones, indispensables desde la limpieza a terapistas, pasando por enfermería o administrativos/as. Es un principio que no solo apunta a consideraciones generales, sino también a necesidades urgentes: ¿de qué serviría, por ejemplo, que una parte del hospital tenga insumos adecuados si nuestro compañero de al lado no está protegido y por lo tanto propaga el contagio? El “sálvese quien pueda” es inviable.


Proponemos, entonces, una modalidad organizativa: realizar reuniones y asambleas sin distinción de afiliación, que discutan los reclamos más sentidos y planes de acción para alcanzarlos. Organizar, también, comités de higiene y seguridad propios de trabajadores y trabajadoras. Preparar, de esta forma, una lucha general con participación de quienes protagonizan realmente la atención de salud en todas sus aristas.


El 10 de junio está planteada una jornada de lucha. El Plenario del Sindicalismo Combativo la votó como una de sus resoluciones; hay otros sindicatos que por distintas vías han debatido realizar actividades ese día. Sería importante confluir en acciones comunes y un programa de reivindicaciones que agrupe a la masa de trabajadores del sector. Tribuna de Salud editó oportunamente una declaración planteando la nacionalización de estas luchas y un programa. Vamos por:


-Abajo la persecución judicial


-Terminar con el pluriempleo. Bono de $20 mil mensuales durante el tiempo que dure la pandemia sin discriminación según tarea o uso de licencias. Indexación automática mensual de los salarios según la inflación. Vigencia de las paritarias, con asambleas de base y paritarios electos con mandato. Salario para concurrentes y plus por guardias residentes, inmediata incorporación a la planta permanente para la camada 2020.


-Pase a la carrera profesional para el personal de enfermería, bioimágenes e instrumentación quirúrgica


-Pase a planta permanente a todos los contratos basura y fin de las empresas tercerizadas en el personal de limpieza, seguridad, mantenimiento, cocina y lavandería. Jerarquización salarial del personal en emergencias y terapia intensiva.


-Equipos de Protección Personal (EPP) en cantidad y calidad para todo el personal, no exclusivamente a los sectores que son considerados Covid


-Testeos en masa al personal de salud, respeto de los aislamientos. Por protocolos de circulación y equipamiento de salas organizados por los trabajadores.


-Licencias inmediatas para todo el personal de riesgo que aún no fueron otorgadas


-Conformación de cohortes para evitar cierres de servicios ante casos positivos


-Reorganización de los hospitales y pabellones con clara delimitación e independencia de sectores Covid y no Covid, que incluya a todo el personal


-Cuarentena inmediata de todos los contactos estrechos de Covid y testeos correspondientes


-Reporte público inmediato de todos los contagios en el equipo de salud, publicados en el boletín epidemiológico


-Reorganización del personal especializado en cuidados intensivos y las camas de terapia bajo un comando único estatal para decidir internaciones, derivaciones y aislamientos en función de las necesidades epidemiológicas


-Conformación de comisiones de seguridad e higiene, elegidas democráticamente, independientes de las patronales y el Estado


-Centralización de todo el sistema de salud mediante un comité especial de emergencia compuesto por especialistas del Ministerio de Salud y representantes de trabajadores


-Producción pública de medicamentos, testeos e insumos, desconociendo la ley de patentes durante la pandemia. Triplicación del presupuesto de salud sobre la base del no pago de la deuda y la eliminación de los negociados de privatización de la salud.