Como hemos manifestado en notas anteriores de Prensa Obrera, el coronavirus está haciendo estragos en Dolores. El último parte oficial indica que en la ciudad hay 90 positivos activos, 14 en estudio, 330 aislados y 5 fallecidos. Estos números se agravan si consideramos que el gobierno informa que durante la última jornada se realizaron apenas 12 hisopados. La ausencia de operativos reales para testear en los barrios donde se registran contagios confirma que las cifras oficiales están subestimadas y que la desidia del gobierno refuta que el virus esté bajo control.

Comenzaron a registrarse infecciones de Covid-19 entre el personal de la salud, y un médico debió ser trasladado al Hospital Fernández de Capital Federal. A su vez, los últimos hisopados confirmaron el contacto de tres pacientes internados, dos en el Hospital San Roque y uno de un sanatorio privado. Lo más alarmante es sin embargo la sumatoria de casos que se suman en geriátricos, que ya suman 22 entre trabajadores y residentes, ya que se trata de grupos de riesgo.

Otro foco infeccioso son las comisarías y unidades penitenciarias, donde la total ausencia de medidas de prevención expone no solo al personal sino a quienes acuden a realizar trámites o denuncias a sede policial, y expandiendo el virus entre los internos de la Unidad Penal 6 –que fueron reprimidos por exigir el aislamiento de los contagiados.

El intendente Camilo Etchevarren busca mejorar su posición con el anuncio de un plan de 500 viviendas, que había sido prometido en la campaña electoral. Sin embargo, el ofrecimiento de créditos bancarios imposibles de costear por las familias trabajadoras que dependen de sus salarios. Esto importa porque es justamente la crisis habitacional que se vive en la ciudad y Sevigné uno de los factores que agrava la crisis sanitaria, por el hacinamiento y la insalubridad.

Desde el Partido Obrero Dolores reafirmamos que para atacar los efectos de la pandemia en el distrito es fundamental la organización de los vecinos y vecinas para reclamar la realización de reales operativos de testeos en los barrios donde se registra circulación del virus, la organización en los lugares de trabajo públicos y privados para garantizar las condiciones de higiene y salud a través de un protocolo elaborados por los propios trabajadores, exigir la provisión de los insumos y la contratación del personal necesario para los centros de salud y los geriátricos. Esto, junto con la centralización del sistema de salud bajo control de sus trabajadores, para asegurar el cumplimiento de las medidas sanitarias y la atención que corresponde.

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