Salud

11/4/2021

covid-19

Viviana Canosa y los hisopos que causan pandemias

La conductora niega los 23 mil casos diarios y cuestiona la efectividad de los testeos.

La conductora de televisión Viviana Canosa se convirtió hace meses en una de las voceras de los movimientos anticientíficos que cobraron particular masividad con la pandemia. Estos grupos se oponen a la vacunación y pregonan curas milagrosas contra el Covid como el dióxido de cloro. De hecho, recientemente la misma Viviana Canosa tomó en vivo un líquido que aseguraba que era dióxido de cloro.

Esta vez, en su programa de televisión, puso en duda la veracidad de los resultados del test PCR (Reacción en Cadena de Polimerasa), método Gold Standard a nivel internacional para la detección del virus SARS-COV-2. La conductora aseguró que “los hisopos tienen un metal al final que hace que dé positivo”, una afirmación que no resiste el más mínimo ni básico análisis científico.

¿Cómo funciona el hisopado? En un plano más científico, a grandes rasgos, el PCR se realiza extrayendo el ARN del virus, sintetizando ADN a partir de él (con una enzima llamada transcriptasa inversa) y añadiendo un cebador (una porción de ADN que se une por complementariedad a un segmento característico del ADN viral) marcado con un compuesto fluorescente. La unión cebador-ADN “viral” se multiplica mediante la acción de la enzima polimerasa; las múltiples copias de ADN generadas, al estar marcadas con fluorescencia, emitirán luz que permite finalmente detectar la presencia del virus.

Los planteos de los movimientos anticientíficos no solo buscan desinformar a la población, sino también “correr el arco” ante las verdaderas discusiones que se deben dar. Por eso, en conjunto con un sector de la oposición al gobierno nacional, sostienen que el aumento de casos en las últimas semanas obedece a una idea de que el gobierno “quiere encerrarnos”. Nada más alejado de la realidad: en primer lugar, no hay ninguna evidencia que haga creer que el aumento de casos no signifique que, efectivamente, hay más contagios. En segundo lugar, lejos de “encerrarnos”, los principales voceros del gobierno -Vizzotti, Trotta, Moroni, entre otros- afirman que pese a tener 23 mil casos diarios y solo el 1,5% de la población vacunado con ambas dosis, los lugares de trabajo y las aulas no son foco de contagio -pese a ninguna de estos se encuentra en condiciones reales de evitar la propagación del virus-, sino que el problema se reduce a “las reuniones sociales y las fiestas clandestinas”, por eso las últimas medidas adoptadas ante la segunda ola.

Tanto gobierno como oposición, peleados para las cámaras, comparten el programa de cara a la pandemia: mantener la producción hasta las últimas consecuencias, para garantizar la ganancia capitalista.
Por eso, para enfrentar la pandemia, no necesitamos “soluciones mágicas”, necesitamos presupuesto para salud, aumento salarial para lxs trabajadores de salud, la anulación de las patentes para que las vacunas puedan llegar más rápido al conjunto de la población y centralizar el sistema de salud público, privado y de obra social para frenar el colapso que ya hoy supera el 80% en las UTI.

En los lugares de trabajo, la formación de comités obreros que garanticen los protocolos o definan posibilidad o no de presencialidad; en la educación, apoyar el paro de los sindicatos contra la presencialidad sin condiciones y el cierre de las escuelas que se encuentren en zonas de alta circulación viral. Que el Estado garantice la conectividad para estudiantes y docentes. En ese marco, se suscribe la lucha de la enorme juventud piquetera del Polo Obrero.

Está claro que este programa requiere repensar la economía del país: el no pago de la deuda externa, la nacionalización de las empresas que cierren (bajo control obrero) y la confiscación, con eliminación de patentes, de las vacunas producidas en el país. La salida de la pandemia es también, la salida de la miseria capitalista.