Sindicales

16/9/1996|511

15.000 en La Plata

El paro y la movilización a La Plata, convocados por SUTEBA el 12 de setiembre, conmovió las bases mismas de la ‘reforma educativa’.


La masividad del paro, la marcha de más de 10.000 manifestantes, son una clara demostración de que estamos en condiciones de derrotar la reforma e imponer la derogación de la ley de educación.


Por más que la marcha haya sido oscurecida por el frenesí televisivo del ‘apagón’, los participantes de ella, el sindicato y el gobierno tomaron debida cuenta de la misma.


Tuvo la particularidad de estar compuesta por cientos de escuelas organizadas con sus carteles y consignas, que marchaban en bloques compactos de estudiantes y docentes.


De nada le valió a la dirección de SUTEBA repartir volantes a favor del ‘apagón’ o subrayar la caravana en detrimento del paro. La medida fue cumplida con el mayor grado de acatamiento de los últimos años.


De nada le valió mezquinar micros a los ‘autoconvocados’ (Hurlingham, Tres de Febrero).


De nada le valió a la direccion del Suteba volver a intentar imponer la consigna de suspensión. La plaza gritó derogación.


En los micros de vuelta ya se discutía como marchar el 26 a Plaza de Mayo, y aunque esto pueda reflejar una confusión sobre la ‘nueva dirección de la CGT’, marca la convicción de que podemos y debemos seguir adelante con los paros.


También se hablaba de cómo seguir con las autoconvocatorias (Morón, Hurlingham, Tres de Febrero) y de cómo transformar el campamento blanco anunciado para el 11 de octubre, en un nuevo paro.


Los estudiantes discutían cómo fletar los micros para concurrir a la marcha de Congreso a Plaza de Mayo, para conmemorar en la calle, movilizados, los 20 años de la ‘Noche de los Lápices’.


El gobierno de Duhalde amenazó a los docentes por circulares y medios de comunicación con severas sanciones.


Clara demostración de lo aterrorizado que está ante la rebelión educativa en Buenos Aires que, siguiendo los pasos cordobeses, se profundiza y va a echar por tierra con la ‘reforma’.


El jaqueado gobierno de Menem no se encuentra en condiciones de soportar este nuevo golpe.


Justamente por esto es que las direcciones sindicales y principalmente CTERA, teniendo todas las condiciones para asestar un golpe final, se niegan a la convocatoria de un plan de paros escalonados a nivel nacional, que imponga la anulación de la reforma y la derogación de la Ley.