Sindicales

6/5/2004|849

1º de Mayo, una tribuna de independencia obrera

Iniciemos una campaña para romper con el FMI e intervenir los yacimientos de gas

Aunque el escenario de la Plaza de Mayo no estuvo tan poblado el reciente 1º de Mayo como el pasado 20 de diciembre, la Asamblea Nacional de Trabajadores volvió a convertirse en la única referencia histórica y política de la clase obrera. Esto explica que se hubieran tenido que subir a la tribuna todos los que atacan regularmente al movimiento piquetero, como ocurre con el PC y el MST. Cada vez que pueden, los socios de IU procuran quebrar al movimiento piquetero, como ocurrió en La Plata, donde conmemoraron el 1º de Mayo con los correligionarios de Lilita Carrió, o en Rosario, donde rechazaron incorporar la consigna estratégica de la ANT –por un gobierno de trabajadores. El escenario que volvió a montar la ANT, en Plaza de Mayo, fue hasta tal punto el foco político de la clase obrera, que el propio MST lo consideró el más adecuado para invitar a la tribuna a docentes de San Luis. La tribuna nacional que la burocracia de Ctera y la de la CTA no le ofrecen al pueblo sublevado de San Luis (ni tampoco los kirchno-centroizquierdistas, como Bonasso), se la ofreció el movimiento piquetero de una forma natural. Lo que ‘ofrecen’ los otros es la capitulación ante los Saá.


Si el movimiento piquetero se hubiera limitado a cumplir una labor de organización y lucha de una parte numerosa de trabajadores desocupados, ya habría cumplido un papel histórico sin precedentes. Pero más allá de esto, cumple una función de aglutinamiento político independiente de los trabajadores con relación a la burguesía. Lo ha hecho frente a los Menem, Duhalde y De la Rúa, pero por sobre todo ante el autoproclamado gobierno de la “causa nacional”, que postula el sometimiento de todas las clases a la dirección de la burguesía nacional. La delimitación política del movimiento piquetero saca de quicio a los lugartenientes y agentes del capitalismo. Pero cualquier desarrollo propio de la clase obrera argentina deberá apoyarse en esta conquista política de los piqueteros de la ANT; fuera de ella sólo existe el vacío político y mental del centroizquierdismo capitalista.


La presencia en la tribuna y en la Plaza del cuerpo de delegados, los activistas y 200 trabajadores de TDO; del cuerpo de delegados de Metrovías; de Zanón; de la Naranja de Gráficos; de la Clínica Llerena ocupada por los trabajadores; de Sasetru; de los trabajadores que están enfrentando una ola de remates de viviendas y de desalojos; de la Conadu Histórica (que inicia una gran huelga); de los hospitales en lucha de la Ciudad y del Gran Buenos Aires; de las seccionales antiburocráticas de Suteba; la presencia activa de todos estos contingentes obreros puso de manifiesto que en la Plaza se concentró el pro-le-ta-ria-do que está en lucha. Los que pretenden convertir en una antinomia al movimiento obrero y al movimiento piquetero, obviamente faltan a la verdad. Lo hacen porque quieren quebrar el contenido político que le han dado a la lucha de las masas: la independencia de la clase obrera y el objetivo del gobierno de trabajadores.


Cuando pocas horas después del 1º, las burocracias de ATE y de Cta aceptaron el miserable aumento que el gobierno “ofreció” a estatales y jubilados, quedó al desnudo que la propuesta de someter al movimiento piquetero a un Centro Coordinador de la CTA significa entregar al pueblo al FMI y al imperialismo. Porque la aceptación del planteo del gobierno, por parte de De Gennaro y Michelis, no significa otra cosa que luz verde para garantizar el pacto con el FMI. Descontados los 500 millones de pesos anuales, que comporta el “aumento”, quedan 14.500 millones de superávit para pagar a los bancos locales e internacionales que saquearon a la Argentina.


Luego de la concentración del 1º, el movimiento piquetero tiene tareas muy urgentes por delante: la lucha contra el gatillo fácil, un corte de rutas nacional para el próximo martes 12, para recuperar los planes de empleo que el gobierno está sacando sistemáticamente y una Marcha Federal por la creación de puestos de trabajo y aumento de salarios. La importancia del punto de los planes la prueba la andanada de injurias que acaba de recibir el ministro de Trabajo, Tomada, de los empresarios alemanes que le reclamaron una liquidación más rápida de todos los planes, para disponer de más dinero al pago de la deuda externa.


Esta lucha reivindicativa debe, sin embargo, ganar una dimensión estratégica. El acaparamiento del gas por los pulpos de los hidrocarburos y la presión imperialista por cerrar los acuerdos pendientes sobre deuda externa plantean una inminente crisis política. Todas las clases del país quedarán afectadas. Se reúnen, de este modo, las condiciones para una campaña de impacto nacional –una campaña para que los pulpos entreguen el gas que están acaparando y que lo hagan sin aumentos; y una campaña por el no pago de la deuda, sea la vieja o la nueva, por la ruptura con el FMI y por la nacionalización de los bancos bajo control obrero.


La crisis en curso afectará a las organizaciones obreras y populares controladas por las burocracias que siguen a las distintas variantes patronales (Kirchner y Duhalde, principalmente). En el marco de estas condiciones, el Partido Obrero llama a un frente contra las petroleras, el FMI y el Tesoro de Bush.


Llamamos a los compañeros que actúan en todos los sindicatos y centrales sindicales a que reclamemos a nuestras organizaciones una campaña común por la independencia nacional y contra el hambre.


Con las siguientes reivindicaciones: intervención estatal de los yacimientos de gas para garantizar el abastecimiento; no pago de la deuda externa y ruptura con el FMI; por la nacionalización sin pago y bajo control obrero de los bancos que saquearon al país.