Sindicales

9/5/1996|493

¡¡3.500 trabajadores dijeron NO!!

Como corolario de 1) la nueva postergación del inicio de la discusión del Convenio Colectivo (éste finalizó en octubre de 1994), 2) la introducción de violaciones convencionales cuyo propósito declarado es crear normas que después sólo tengan que ser ‘reconocidas’ convencionalmente, 3) los ‘aprietes’  para conseguir retiros voluntarios (las empresas, como resultado del conflicto de julio del ’95, sólo pueden despedir con causa en el ámbito del Sindicato de Buenos Aires de Foetra), 4) la actitud francamente provocadora de Telefónica de negarse a discutir, incluso problemas menores, con los directivos sindicales, 5) los Conatos de paros salvajes en algunas oficinas como respuesta a atropellos de las jefaturas, 6) la decisión de la oposición, nucleada en el Plenario de Trabajadores Telefónicos, de realizar una marcha con la entrega de un petitorio con los reclamos gremiales a las empresas, aun sin la participación del oficialismo, 7) la crisis que todos estos elementos introdujeron en el propio seno de la Comisión Administrativa; todo esto hizo que el guillanismo aceptara la propuesta de la oposición de realizar tres movilizaciones zonales, donde hubo problemas con las jefaturas y una marcha central a las empresas contra los ‘aprietes’, las violaciones convencionales y por la discusión convencional.


Esto se formalizó a través del Plenario de Delegados del 15/4/96, fijándose un nuevo plenario para el 6 de mayo a fin de definir los pasos a seguir.


El guillanismo pretende con esta maniobra recolocarse frente a las empresas quitándole protagonismo a la oposición, al tiempo que trata de cerrar su frente interno y disminuir la presión de los trabajadores, pero es indudable que está jugando en un terreno que no es el suyo, por lo que es previsible que trate de llevar todo a una vía muerta.


El tema central del conflicto es el rol que va a jugar la oposición. Hasta el día de hoy no está definida la propuesta de continuación de la lucha y cuáles son las consignas para tratar de imponer en la discusión convencional, que nosotros entendemos deben ser 1.000 pesos con 7 horas y discusión de la planta permanente.


El proceso de lucha recién se abre, la dirección de su continuidad es la clave para el éxito de los trabajadores.