Sindicales

27/3/2014|1307

“A la burocracia se le achica el núcleo duro”

EXCLUSIVO DE INTERNET

Paula Jove, activista de General Sarmiento



“El miércoles 19, después de marchar con 50 mil docentes a La Plata, Baradel convocó a reuniones de delegados en todos los distritos. En General Sarmiento, el Suteba local, en manos de la Celeste, estaba cerrado. Tuvimos que hacer toda una operación de inteligencia para saber dónde se reunían los delegados de la zona. Finalmente los encontramos en un local de la CTA, muy alejado. Ahí nos pusieron ocho grandotes en la puerta, en un doble cordón para no dejar pasar a los delegados que no eran de ellos. Ese es el papel de la burocracia en la regional nuestra”.

Paula Jove es subdelegada de Escuela 7, en José C. Paz, militante de Tribuna Docente y activista de la huelga en General Sarmiento. Finalmente, aquella noche, ante la presión de una treintena de delegados de base, los matones se vieron obligados a permitirles el ingreso. Adentro, la dirección celeste dijo que los autoconvocados estaban “manejados por (Sergio) Massa, (Jesús) Cariglino y por la izquierda, y que la gente quería volver a clases”.

El dato relevante, sin embargo, es el siguiente: a mitad de esa “asamblea”, una parte considerable de la base celeste se retiró. Muchos de ellos habían ido la noche anterior a una marcha de antorchas en la plaza de San Miguel, convocada a pesar y en contra de la conducción.
“La Celeste cada vez lleva menos gente a las asambleas, se les está achicando mucho el núcleo duro. Han entrado en contradicción, porque sus dirigentes les dicen que el culpable es Scioli y no el gobierno nacional, pero el autor del proyecto para ilegalizar la huelga no es el gobernador sino su vice, Gabriel Mariotto, un ultra-k. Ahora, gente que estaba con la Celeste firma los mandatos que propone la oposición y se movilizan con las bases”.

Paula sigue: “En uno de los colegios de José C. Paz, donde Tribuna Docente no tiene militantes, las maestras vinieron con nosotros a La Plata. Dijeron que habían estado con el gobierno pero que éste es el límite, que no pueden pagarle a Repsol y hundir a los docentes en el hambre”.

-¿Cómo ves las perspectivas de la huelga?

-Ahora puede sobrevenir una meseta, un periodo de cierto declive que debemos aprovechar para ajustar la organización y la conciencia de los compañeros. La gente sigue movilizada, los padres nos acompañan, pero hay una campaña enorme contra la huelga, aprietes, las amenazas de descontar los días, amenazas de despedirnos por abandono de cargo. Pero la burocracia está doblemente jaqueada: por el gobierno, que le reprocha haber perdido el control de las bases, y por los trabajadores que ya no toleran sindicatos cerrados y con patotas en medio de una huelga histórica.

A. G.