A la cabeza del ajuste en Prensa


Los trabajadores de los diarios y revistas de AGEA-Clarín (Clarín, Muy, La Razón, Clarin.com, Olé, Viva, entre otros) han expresado una contundente respuesta al plan de precarización que quiere imponer la empresa, en un grupo que ha tenido ganancias cercanas al 70 por ciento en 2014.


 


El lunes 30 de marzo se quitó la firma de las ediciones impresas y digitales de artículos y fotografías. Esta medida de lucha -que tuvo un acatamiento masivo y fue votada en asamblea- tenía como norte el reclamo del cumplimiento de la promesa de recomposición salarial del 30 por ciento; el pago de la deuda de la paritaria 2012; el pago de 4.200 pesos en compensación del desfasaje por inflación de 2014; el aumento a cuenta de la paritaria 2015; la finalización del proceso de efectivizaciones y la apertura de un nuevo proceso de recategorizaciones.


 


Dos días después, como parte del mismo plan de protesta, unos 300 trabajadores de prensa de AGEA-Clarín protagonizaron un gran “aplausazo” en la puerta de la Gerencia de Recursos Humanos, en una demostración de unidad y de disputa del propio terreno a la empresa. En la asamblea también se votó que las medidas continuarán in crescendo hasta que la patronal responda a los reclamos. Esta postal materializa la maduración de sus trabajadores desde que se eligió una comisión interna en 2012, tras una década de vacío gremial.


 


El escenario de los trabajadores de Clarín expresa la vanguardia de la lucha contra el ajuste en el gremio de prensa. En la misma semana, la editorial PubliExpress (Revista Pronto) decidió por unanimidad en asamblea no trabajar el día del paro general ante el anuncio de cuatro despidos en distintas revistas.


 


Ambas manifestaciones tuvieron su correlato en la reciente marcha al Ministerio de Trabajo para reclamar que el plenario autoconvocado de prensa -la real representación de las bases- participe de las negociaciones paritarias que, una vez más, quieren realizar a espaldas del gremio la burocracia de la UTPBA, las cámaras empresarias y el Ministerio de Trabajo kirchnerista. Un capítulo aparte merece la complicidad de la cartera de Tomada con el ‘enemigo' Magnetto.


 


Estas expresiones de lucha van en dirección al nuevo sindicato de prensa, que tuvo su punto culminante en el plebiscito desarrollado a fines de diciembre, donde más de 2.000 trabajadores de decenas de empresas, con su voto, le pusieron el punto final a la UTPBA.