Sindicales

15/4/1999|622

A la medida de la Alianza (con el apoyo de IU)

El Congreso de ATE de la Provincia de Buenos Aires, que sesionó el pasado 9 de abril en La Plata, se fue disgregando sin que nadie se preocupara por conocer las resoluciones de las comisiones que se formaron en el congreso. Previamente, el Consejo Directivo Provincial (CDP) había logrado la aprobación de la Memoria y Balance, su gran objetivo; esto, con la abstención de una tercera parte de los seiscientos congresales presentes.


El congreso fue precedido por una obra de ingeniería burocrática. Los congresales son electos en asambleas previas de seccional a través de “listas sábanas” (se exige presentación de listas completas sobre la base de un elevado número de representantes, que varía según el número de afiliados). Hubo un pacto previo entre las corrientes de Guillén (PJ), Cachorro (Frente Grande) y La Corriente (PC e independientes) para aprobar la Memoria y Balance y consensuar la lista de oradores.


El acuerdo, según La Corriente, suponía garantizar la integración de este sector a la Junta Electoral con vistas a una lista de unidad en las próximas elecciones y la realización de un congreso extraordinario que seguiría al ordinario para tratar la aprobación de un plan de lucha provincial.


“¿Así somos una alternativa de poder?”


En su informe al Congreso, el CDP se había pronunciado por el voto a la Alianza. Pedro Martín, congresal de ATE Mar del Plata, denunció la enorme gravedad de este paso y recordó que diez años atrás los estatales fueron convocados a votar por quien hoy, según el discurso oficial del gremio, encarna la nueva Década Infame. Caracterizó que el apoyo a la oposición fondomonetarista es lo que explica el inmovilismo sindical de ATE y la CTA, y llamó a un plan de lucha por todas las reivindicaciones planteadas y por candidaturas obreras independientes de los partidos patronales. Su intervención (distribuida a todos los congresales) suscitó el aplauso de un sector significativo del congreso y abrió la posibilidad de un debate en regla cuando la regional Sur (Bahía Blanca) salió a reclamar un inmediato plan de lucha provincial.


Los compañeros plantearon correctamente un programa reivindicativo consistente en exigir un aumento de emergencia de 1.000 pesos, el inmediato pase a planta permanente de todos los becarios y contratados, la reducción horaria a 30 horas semanales y un subsidio al desocupado. Mocionaron, además, un plan de lucha que comience con un paro y movilización a La Plata en menos de 30 días. Los representantes de Bahía Blanca no cuestionaron el apoyo a la Alianza sino de manera oblicua, exigiendo que ATE mantenga su independencia “histórica” respecto del Estado y los partidos.


La moción de lucha fue esterilizada por el CDP proponiendo que sea tomada como “propuesta” a considerar por la conducción, con la anuencia de La Corriente, que confirmó su sumisión a la conducción aliancista de ATE y la CTA.


(sobre un informe de Pedro Martín)