Abajo los ataques a Sobrero y los ferroviarios del Sarmiento


Los trabajadores del ferrocarril Sarmiento pararon el 28 de julio contra la suspensión por cinco días de casi 70 trabajadores de limpieza, que se negaron a trabajar en horario nocturno sin luz eléctrica.


 


Inmediatamente, se montó un operativo que incluye a la patronal (Trenes Argentinos), la Justicia y el gobierno (a través del Ministerio de Trabajo) para sancionar a Rubén “Pollo” Sobrero -secretario general de la seccional Oeste de los ferroviarios- y al resto de los huelguistas. La medida punitiva podría incluir la quita de fueros sindicales.


 


El ataque está en línea con el fallo antihuelgas de la Corte Suprema de Justicia, que reserva la potestad de declarar huelgas a las direcciones sindicales. Ese fallo es un golpe directo a los cuerpos de delegados y comisiones internas combativas que se han multiplicado en el último período.


 


La burocracia de la Unión Ferroviaria, sucesora de los asesinos de Mariano Ferreyra, se plegó rápidamente al ataque contra los ferroviarios del Sarmiento. Desde un comienzo, expresó su oposición al paro y amenazó con sanciones internas a los directivos de la seccional Oeste, invocando un convenio firmado con la patronal por el que se reserva el monopolio en la adopción de medidas de fuerza.


 


Los trabajadores del Sarmiento reclaman un protocolo de seguridad ferroviaria. El reciente paro fue atizado, de hecho, por el accidente sufrido por el operario Sergio Garay, quien perdió una pierna y se encuentra internado luego de ser arrollado por una formación, mientras realizaba tareas en una cuadrilla de vías y obras (permanece en coma desde entonces). A las condiciones inseguras de trabajo deben añadirse los ataques cotidianos por parte de usuarios ante las demoras y desperfectos en las formaciones que son resultado del vaciamiento ferroviario. Los compañeros del ramal Merlo-Lobos han realizado un corte de barreras para exigir obras pendientes que hacen a la seguridad en los pasos a nivel.


 


La burocracia sindical, incluyendo a La Fraternidad y otros gremios ferroviarios, no mueve un dedo frente a esta situación y en materia salarial acaba de firmar un acuerdo a la baja. La oposición combativa del ferrocarril denuncia desde hace tiempo la existencia de un triángulo mafioso que une a la burocracia, las concesionarias y el Estado en el vaciamientodel ferrocarril y que provocó masacres como las de Once.


 


El martes 2, una asamblea de 500 ferroviarios del Sarmiento votó por unanimidad la participación en la movilización contra el ajuste del sindicalismo combativo y la izquierda. Allí, ante importantes referentes sindicales y políticos, habló el diputado nacional del PO-FIT Néstor Pitrola. Sobrero informó en la asamblea que se está reuniendo una mesa de negociación con la empresa para discutir un protocolo de seguridad y que la directiva de la UF asumiría el reclamo por el levantamiento de las suspensiones. Un nuevo paro de 48 horas quedó condicionado al desarrollo de estas negociaciones.


 


Repudiamos el ataque contra Sobrero y los compañeros del Sarmiento, un globo de ensayo contra todo el movimiento obrero que lucha. El 9, incorporaremos el reclamo contra las sanciones y la persecución a la marcha del sindicalismo combativo y clasista.