Sindicales

6/12/2018|1531

Aceiteros San Lorenzo: El conflicto salarial en un impasse

En el contexto de una disparada inflacionaria que ha golpeado la economía familiar de los trabajadores, de la política de ajuste y despidos del gobierno nacional, los gobernadores y el FMI, y de la entrega de la CGT del reclamo de reapertura de las paritarias -suspendiendo la “amenaza” de paro a cambio de un bono miserable-, el lunes 12 de noviembre,el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de San Lorenzo (SOEA) resolvió  un paro de 24 horas exigiendo una revisión salarial sobre el 26% firmado en cuotas hasta agosto (16% desde enero + 10% en agosto).


El paro comenzó en el turno noche y fue levantado horas después tras el acuerdo de las patronales Vicentín, Renova y Cofco de otorgar un 6% de aumento salarial para septiembre y otro 6% para octubre. La rápida oferta de estas tres patronales se debe a que están en plena producción. Estos aumentos llevarían el básico de la categoría inicial a unos 35.900 pesos para octubre, por debajo de las necesidades de una familia tipo -que el “Mirador de Actualidad Trabajo y Economía” (economistas de la Federación Aceitera de Rosario) estimó en noviembre 42.200. ¡Del bono de fin de año no se habla! Un derecho adquirido que probablemente tirarán a último momento para hacer pasar cualquier arreglo de actualización paritaria.


El resto de las empresas -Molinos, Dreyfus, Cargill, Bunge y Terminal 6- sólo han ofrecido los miserables 5.000 pesos fogoneados por el gobierno nacional, ¡y en tres cuotas!


Se quiebra la unidad de acción y promesas “2019”


El paro fue levantado por el SOEA, imponiéndolo en los piquetes con los obreros presentes que lo aceptaron y sin consultar a los trabajadores del resto de las plantas. Así las cosas, terminaron levantando el paro porque el sindicato acató la consabida “conciliación obligatoria”. De esta forma, el conflicto entró en un impasse, generando un antecedente peligroso, ya que está en peligro el Convenio Colectivo de Trabajo Unico para todo el gremio. Se produjeron sucesivas audiencias fracasadas: las patronales dilatan ahora hasta otra reunión para el ¡6 de diciembre!, un día antes que termine el primer período de conciliación obligatoria.


La dirección del SOEA ya entregó puntos del convenio de trabajo vitales en la firma del acta paritaria de abril, siguiendo el reclamo de las patronales y el plan de reforma laboral del gobierno de Macri. La base piramidal que sustenta el modelo laboral de esta reforma antiobrera tiene como fundamento la destrucción de los convenios únicos, y pasar a los acuerdos empresa por empresa. El secretario general del gremio, Pablo Reguera -quien ha jugado dentro de la Corriente Federal de los Trabajadores, enrolada en el kirchnerismo sindical- aceptó los techos salariales del gobierno anterior y ahora juega en los términos estratégicos del gobierno de Cambiemos.


Para distraer un poco de este fenomenal descuartizamiento salarial, Reguera anunció junto con el presidente comunal de Timbúes, Amaro González, un convenio para trazar en esa zona una futura urbanización de 670 lotes para obreros aceiteros, con una cercanía “conveniente” a las aceiteras de la zona (Renova, Dreyfus y Cofco) y proximidad de salida a la autopista Rosario-Santa Fe. También se contará allí con 12-16 hectáreas para un nuevo camping-polideportivo del SOEA. Sin embargo, no se aclara de dónde saldrán los fondos para esta iniciativa.


Flexibilización laboral con colaboración gremial


Hay que recordar que muchos años atrás, el SOEA hizo pasar a planta permanente a todo el personal contratado que estaba afiliado a su sindicato, en respuesta a la lucha de la Federación Aceitera. Posteriormente, las patronales empezaron a ofrecer retiros voluntarios a una masa de aproximadamente 2.000 obreros.


Reguera aparece ahora “indignado” por los retiros que actualmente ofrece Bunge (su fábrica de origen) por montos superiores a los indemnizatorios. Así, se les echará la culpa a los obreros por aceptar estos retiros que, en realidad, encubren una política empresaria de despidos, aceptada por la dirección del SOEA.  Esta situación agravada se ve en Buyatti, donde los trabajadores están parados desde hace muchos meses cobrando 15.000 pesos por mes y una ayuda solidaria votada por el SOEA que sale del bolsillo del resto de los obreros, con un descuento en sus sueldos que van desde los 200 a 400 pesos mensuales. Los gobiernos municipal y provincial le han dado la espalda a los trabajadores: Buyatti dependía de los granos que le dejó de proveer Molinos Cañuelas, sin que el Estado tome ninguna medida.


Que decidan los obreros 


Los aceiteros necesitan salir a rechazar el divisionismo provocado por Reguera y su Comisión Directiva: si no hay el mismo acuerdo para todos, que se retome el paro en todas las aceiteras-cerealeras.


Es más necesario que nunca que los obreros impongan una asamblea extraordinaria de todos los aceiteros del SOEA para discutir y votar un verdadero plan de lucha que dé respuestas a todos los trabajadores aceiteros por igual.


• Salario mínimo vital y móvil de 42.200 pesos retroactivo a agosto, de manera que a diciembre se empate la inflación proyectada por el gobierno nacional.

• Pase al básico del actual plus por presentismo, que en octubre equivale al 10% del salario (3.500 pesos).

• Pase a planta permanente de todos los contratados que reemplazan, por unos meses de gran actividad, a los compañeros que aceptaron en soledad los “retiros voluntarios”.

• Solución integral y definitiva para los obreros de Buyatti. Expropiación estatal y puesta en marcha bajo control obrero, con garantía salarial de convenio a cargo del Estado.