Sindicales

26/11/2018

Aerolíneas Argentinas: Tomemos la lucha en nuestras manos

La burocracia, en su laberinto.

La patronal de Aerolíneas canceló los vuelos del lunes 26 como respuesta al paro de 24 horas sin asistencia convocado por los gremios aeronáuticos, los cuales, a su vez, reclamaban la aplicación de la conciliación obligatoria.


El 8 de noviembre, los Sindicatos Aeronáuticos Unidos habían convocado a asambleas frente al incumplimiento de la cláusula gatillo y la postergación patronal de toda negociación salarial hasta el año próximo, con una paritaria vencida en septiembre.


Las asambleas eran la forma encubierta de un cese de tareas, cumplido masivamente, que la burocracia esperaba levantar rápidamente confiando, como en otras ocasiones, en una conciliación que finalmente nunca llegó. Por el contrario, el macrismo lanzó un ataque masivo en los medios contra los trabajadores aeronáuticos, tratando de estigmatizarlos como privilegiados y mintiendo sobre sus reales salarios.


Con un acatamiento total –y sin plan B– la burocracia acusó al gobierno de ser responsable del paro por no aplicar la conciliación y luego de 11 horas de vuelos paralizados levantó la medida. A los 10 días, la patronal suspendió a 376 compañeros por abandono de trabajo.


En sus últimos comunicados y declaraciones, los sindicatos aeronáuticos anunciaron que no tenían intención de cumplir el paro del lunes 26 porque el gobierno quería empujarlos a un conflicto con fines electorales. Avisaban que acatarían la conciliación si se dictaba, sin poner condición alguna, como el levantamiento de las suspensiones, el cumplimiento de la cláusula gatillo y la paritaria. Nuevamente fueron desairados: la conciliación nunca llegó, mientras que la medida tuvo un acatamiento prácticamente total.


Ajuste, low cost e inseguridad


El presidente de Aerolíneas es Luis Malvido, quien cobra $537.000 y se hizo famoso por los videos que lo muestran reivindicándose como un ´despedidor serial´, sin escrúpulos incluso para echar a sus amigos cuando era CEO de Telefónica. Ni bien asumió anunció que su propósito era eliminar decenas de puntos de los convenios destinados a flexibilizar y precarizar el trabajo, generando la descalificación de muchas tareas que serían cumplidas por personal sin habilitación profesional. Para esto, el macrismo anticipó que piensa modificar –ya sea por ley o por decreto– el Código Aeronáutico, reemplazando las actuales normas de seguridad (RAAC) por las LAR, ultraflexibles, sólo usadas en algunos países latinoamericanos y que fueron responsables de la tragedia de LaMia (Chapecoense). 


Tanto Malvido como las burocracias aeronáuticas agitan el fantasma de la quiebra o la privatización de Aerolíneas para generar el temor suficiente como para que los trabajadores entreguemos derechos conquistados luego de duras luchas.


La política de cielos abiertos a las low cost busca introducir la precarización en toda la actividad aérea. La consecuencia directa es el deterioro de la seguridad de trabajadores y pasajeros. En un año, y con sólo cinco aviones, Flybondi tuvo casi 900 incidentes peligrosos. Como contrapartida, Aerolíneas no ha sufrido accidente alguno en toda su historia, siendo además la línea más puntual de la región. 


El 9 de noviembre, los controladores aéreos votaron asamblea realizar un paro en la Empresa Argentina de Navegación Aérea (Eana), por la paritaria y contra las persecuciones a quienes denuncian las fallas sistemáticas del instrumental. Esto, sumado a la extensión de la jornada de 6 a 8 horas en Ezeiza y el incremento de los vuelos, pone en riesgo las operaciones aéreas. El 17 de noviembre la caída de un rayo afectó a cinco trabajadores de rampa de Aerohandling (Grupo Aerolíneas) que tuvieron que ser hospitalizados, siendo que con tormentas eléctricas no deberían trabajar en la pista. Ese mismo día, Flybondi debió realizar otro aterrizaje de emergencia. La "revolución de los aviones" de Dietrich-Macri prepara un Cromagnon aéreo.


El cuadro generado por la bancarrota macrista acelera este ataque a los trabajadores. Desde que se eliminaron los pisos tarifarios en septiembre, la guerra de tarifas ha multiplicado las pérdidas para todos, ya que a pesar de los bajos precios la ocupación de los vuelos cae en picada por la recesión y las tasas usurarias. Andes devolvió cuatro de sus nueve aviones y prepara despidos. 


La salida está en manos de los trabajadores


Si la patronal y el gobierno se animan con los aeronáuticos es porque las conducciones sindicales han mantenido una paz social por años, que permitió al macrismo llevar a la quiebra a SOL, desmantelar FADEA con centenares de despidos e introducir a las low cost y su precarización laboral, con el objetivo de generalizar la precarización a toda la actividad.


Si Malvido puede seguir provocando y lanzando campañas es porque la burocracia bloquea la concreción de un plan de lucha votado en asambleas, con paros progresivos, con movilizaciones multitudinarias al Ministerio de Transporte y los centros del poder político, que es donde se toman las decisiones. Así se derrotará el ajuste en Aerolíneas.


Un plan de lucha de esta envergadura requiere de la participación masiva de todos los aeronáuticos, que siendo los directos afectados por las medidas de la empresa, continúan desinformados, sin ser consultados para determinar los pasos a seguir, por una burocracia que "dosifica" el conflicto llevándolo a un peligroso impasse. 


El conflicto debe estar en manos de verdaderas asambleas que voten cada medida y una comisión de lucha formada por representantes electos por la base. El activismo aeronáutico debe motorizarlas con una campaña política sobre los trabajadores y pasajeros en defensa de Aerolíneas y de la seguridad aérea en manos de comités integrados por los propios trabajadores.


 


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