Sindicales

4/10/2012|1242

Aerolíneas Argentinas: Turbulencias sin cinturón de seguridad

La gestión estatal de Aerolíneas Aargentinas (AA) ha venido incubando el conjunto de las contradicciones del régimen kirchnerista. Ahora comenzaron a estallar todas juntas.


Los dos millones de dólares que Arsa carga diariamente en su déficit operativo han impuesto una política de ajuste. Por eso, la gestión camporista de Mariano Recalde decidió congelar las paritarias -vencidas desde marzo-, mediante conciliaciones obligatorias dictadas, con anticipación, por el Ministerio de Trabajo. Para eso ha contado con la complicidad del conjunto de los sindicatos: aquellos enrolados en la federación (Fapa), con APA a la cabeza, y en la de Cirielli. Fapa forjó la “célebre” consigna de “Yo te banco”.


Este encuadre de contención ha estallado, sin embargo, por los aires. La oferta de abrir las paritarias con una propuesta de aumento de sólo el 10% derivó en una crisis que llegó a las trompadas entre el chupamedias Llano y Mariano Recalde. La federación convocó a una asamblea general. En lugar de plantear medidas de fuerza para abrir las paritarias, la mesa de la asamblea se limitó a criticar la gestión de Recalde y a anunciar una reunión en el Ministerio de Trabajo -que había decretado otra conciliación obligatoria preventiva. Impidió, además, la expresión de cualquier voz disidente, con métodos de la burocracia: enviando, incluso, a la patota a golpear a trabajadores de base de la oposición que reclamaban el uso de la palabra al grito de “asamblea”.


Las intenciones de la Fapa parecieran aprovechar la crisis de la gestión para cargarse a Recalde y para imponer funcionarios de su palo en los mandos medio de la empresa. La tendencia a la lucha por abajo es muy fuerte, y las expresiones opositoras toman forma. Por eso muestran los dientes a la patronal, a la vez que ajustan la represión y la regimentación interna. Fueron cómplices de la empresa en el despido de Cristian Fontana; y por eso la asamblea terminó con esa agresión brutal de sus patoteros a cualquier voz disidente. Pero la Lista 2, encabezada por el propio Fontana, impuso su oficialización para las elecciones sindicales. En apenas 24 horas -la junta electoral intentó empiojar y entregó tarde las planillas- se consiguieron 500 avales y los candidatos necesarios para conformar una lista que nuclea todo el activismo antiburocrático, que ha generado un gran entusiasmo en los aeropuertos de la Capital y del Gran Buenos Aires, en el call center y en los edificios administrativos.


Entre los técnicos de Apta la situación es similar. Cirielli busca socavar la autoridad de Recalde pero se ha negado sistemáticamente a organizar las bases. Los delegados combativos de Austral y de AA han ido imponiendo, esforzadamente -con petitorios y con asambleas de base- la convocatoria a plenarios conjuntos y, finalmente, a una asamblea general. La dirección del sindicato dictaminó apenas una movilización a Bouchard, por la apertura de la paritaria. Cerca de 1.000 técnicos se movilizaron a las oficinas centrales, donde se hizo sentir el reclamo de un plan de lucha. El andamiaje de alianzas políticas del oficialismo cruje y muestra su precariedad.


En paralelo se ha ingresado a una crisis terminal del régimen de tercerizaciones -otro pilar de la gestión kirchnerista. Eurnekián, a la cabeza de Aeropuertos Argentina 2000 (AA 2000), sustenta su negocio en la extensión del trabajo precario y en la violación de los convenios aeronáuticos -por medio de múltiples tercerizadas-, con el aval de sindicatos pro patronales. De un tiempo a esta parte, los trabajadores -que soportan jornadas de hasta 12 horas- comenzaron un proceso de organización y de luchas. En la empresa HAS lograron imponer la elección de delegados y la equiparación salarial; en Securitas, el proceso de organización ya ha impuesto, a pesar de los despidos y de las persecuciones, una serie de reivindicaciones, y en Serza aparecen delegados combativos y un incipiente proceso de organización. Pero la sintonía fina de los subsidios exige mayores ajustes y no tolera la equiparación salarial de los trabajadores. Por ese motivo abundan los despidos y las persecuciones.


La violencia patronal es dramática. En el último mes murió de neumonía una joven compañera de la tercerizada MSA -empresa fantasma creada por HAS para violentar las conquistas-, que fue enviada a trabajar a la rampa en una noche de lluvia con mucho frío el día en que retomaba sus tareas, tras la licencia por enfermedad. Hace apenas unos días ocurrieron dos hechos que marcan la violencia que impera contra los trabajadores. La patronal de Eurnekian logró que un juez dictara un allanamiento en la casa de Fabián Gutiérrez, despedido en lucha de Securitas, con el solo objetivo de incautar su uniforme de trabajo. El enorme despliegue policial -cuyo costo excede largamente el valor de varios uniformes viejos- tuvo el objetivo de intimidar a los compañeros y muestra el vínculo estrecho entre las patronales K y el Estado que trabaja para ellas. Ese mismo día, un compañero de Serza decidió quitarse la vida y, según trascendió, habría dejado una carta que inculpa a la empresa por la violencia laboral cotidiana y por la falta de perspectivas.


La gestión estatal de AA ha llegado al límite. Está planteada la tarea y la oportunidad de construir un frente de trabajadores aeronáuticos -desde los pilotos hasta los tercerizados-, que en el marco de las luchas parciales discuta elabore un programa y un plan de lucha unificado para imponer las reivindicaciones contra la camarilla atornillada en la dirección de la empresa.