Sindicales

5/3/2018

Alimentación: abajo la persecución a los delegados de Mondelez Victoria

La patronal quiere que el Ministerio de Trabajo intervenga la Comisión Interna

Agrupación Naranja de la Alimentación

La patronal de Mondelez solicitó en la última audiencia ante el Ministerio de Trabajo la intervención de la Comisión Interna (de la agrupación Bordó e independientes) de la Planta Victoria (la ex – Stani) por parte de éste organismo. Este pedido agrava aún más la política de la empresa francesa de persecución sindical, que la ha llevado también a iniciar el juicio para retirarle la tutela sindical a uno de los delegados y constituye una profundización inédita de la injerencia estatal en las relaciones laborales. El objetivo es aislar a la Interna del resto de los trabajadores, en el marco de un inminente ataque en regla a las condiciones y los puestos de trabajo.



Hace pocos días la Comisión Directiva del STIA Buenos Aires encabezada por Rodolfo Daer había solicitado una reunión de urgencia ante “la instrumentación de acciones de parte de ésta (por la empresa) de acciones que siembran serias dudas sobre el funcionamiento, desarrollo y futuro operativo del Establecimiento, comprometiendo de esta forma no solamente una fuente de trabajo importante para la economía del país sino poniendo en jugo (sic) la vida de más de 800 trabajadores y sus familias.”  Es decir que la empresa apunta a atarle las manos al activismo para atacar al conjunto de los trabajadores, principalmente a los más antiguos (menos flexibles). 



La política de persecución del activismo es una línea general de la COPAL –Cámara Empresaria de la Alimentación- para liberarse las manos para ajustar, desarmando cualquier tipo de resistencia: así es como el Grupo Arcor –principal referente de la Cámara- inició juicio de desafuero a sus delegados de sus plantas de San Luis y de Colonia Caroya, Córdoba. La patronal de Pagani no dudó en descontar todos los premios y prohibirles las extras a quienes adhirieron al paro nacional contra la reforma previsional convocado por la CGT. La línea del desafuero es seguida también por la familia Fort, que ganó en primera instancia el juicio de desafuero de Rodolfo Vidal, delegado de la planta de Felfort de Almagro. 



En la misma línea intentó ubicarse Ovoprot, despidiendo a la totalidad de los delegados de sector de la ex Cresta Roja, pero su objetivo fue derrotado por una respuesta contundente de los trabajadores. La persecución sindical incluye a la vez el despido de activistas; en esa línea se inscribe el despido de los ex delegados de Molinos Esteban Echeverría, el despido de Albino Rivas en Calsa, despidos en La Virginia Rosario y el despido de Marcelo Castillo en Canale Tupungato, Mendoza (este último reinstalado por vía judicial).  Un dato de “color”: todos los activistas perseguidos son opositores a la dirigencia Verde del STIA.    



El pedido de desafuero, la solicitud de intervención  y la instalación de un clima de amenazas de cierre o traslados, apuntan a condicionar la respuesta gremial de los trabajadores de Mondelez al avanzado proceso de reducción de personal (a través de retiros voluntarios). La empresa apunta sin dudas al sector más antiguo de la planta, que percibe mejores salarios y que está por fuera del Convenio Mantecol (obliga a trabajar los fines de semana). Hay que avanzar en una respuesta de conjunto.



El pedido de Rodolfo Daer, lejos de apuntar a detener el proceso, tiene por objetivo orientar a una negociación “a lo Pepsico”: entregando la fuente de trabajo por indemnizaciones mayores. La respuesta de la Comisión Interna y del activismo debe ser unitaria y contundente. Se debe convocar a asamblea general de cada turno y votar el rechazo a la injerencia del Ministerio de Trabajo en las decisiones de los trabajadores, el rechazo al desafuero de Maxi Montero y un estado de alerta ante el ataque a los puestos de trabajo. Proponemos reclamarle en común a la Comisión Directiva una asamblea general de trabajadores del STIA Buenos Aires (¡¡Congreso de Bases!!), para enfrentar en común los despidos y la persecución gremial, para preparar la lucha paritaria y para derrotar la reforma laboral.