Alimentación: la lucha extraordinaria de Córdoba

Que las plantas del gran Buenos Aires acompañen

Los trabajadores de Arcor en Córdoba siguen con los paros de ocho horas, a pesar de la prórroga de la conciliación obligatoria. El lunes 3 se sumaron los trabajadores de Nestlé en Villa Nueva (localidad pegada a Villa María), que pararon las ocho horas del turno e hicieron piquetes.

El viernes, una masiva movilización había ganado el centro de la ciudad de Córdoba. El jueves 29, terminaba la conciliación y la reunión en Buenos Aires con la cámara de empresarios no trajo ninguna respuesta. Pasó a un cuarto intermedio para el lunes 3. En ese marco, el Sindicato de la Alimentación local (Stia) tuvo que bajar a la ruta para anunciar la convocatoria a un paro nacional de la alimentación para el viernes 30 con una movilización de toda la provincia al centro cordobés. La burocracia limitó la movida a los trabajadores de Bagley (Arcor, ex Lía), sin propiciar que vengan los trabajadores de las plantas de Colonia Caroya, Arroyito o Totoral. En el debate entre los delegados de la ex Lía y los trabajadores de Arcor Caroya propugnan asambleas generales y plenarios de delegados de todas las plantas.

Aseguran que tienen que seguir unidas. La burocracia teme a esto como a la peste, por eso limitó la movilización.

El jueves, la patronal mandó telegramas a las plantas, en los que instaba a los trabajadores a que retornen al trabajo y mantengan la paz social. Los trabajadores dijeron que se trataba de aprietes. La resolución de ocupar en caso de despidos está madura y firme.

Es por eso que la patronal y la burocracia vienen jugando a la dilación de cuarto intermedio, en cuarto intermedio. Los trabajadores no sólo no aceptan el 26% propuesto: no quieren ni oír hablar de cuotas y las patronales siguen insistiendo en un aumento escalonado.

El conflicto de la alimentación está en un punto crucial. En el gran Buenos Aires no existe un movimiento de huelga. La CGT y la CTA no abren la boca, ni en Córdoba ni en el resto del país. La intención es que el conflicto se “deshaga”.

Los trabajadores de las plantas cordobesas le dieron al conflicto su impronta manteniendo el paro general desde hace 15 días. Sobre esta base hay que imponer la asamblea general de todas las plantas para organizar la lucha.

Los 3.200 pesos son innegociables para los trabajadores. Con el paro y la ocupación hay que imponerlos.