¿Alpargatas prepara el cierre, como en 2001?

¡Que el sindicato llame a una asamblea general ya!

La planta de Alpargatas en Aguilares, en el sur de Tucumán, tiene un rol muy importante en la economía de toda la zona desde su apertura en 1972. Entre 2000-2002, estuvo parada un año y medio. Con la devaluación volvió a funcionar y llegó a tener más de 1.700 operarios.


En 2011, Alpargatas estuvo entre las empresas que más aumentaron sus ganancias (44% interanual), pero mantuvo el salario obrero en niveles bajísimos. El último aumento acordado por la AOT (Asociación Obrera Textil) fue absolutamente inferior a la inflación y en negro (recién pasa a ser remunerativo en 2013). Hoy, con el costo de la canasta familiar en más de 7 mil pesos, el salario inicial en Alpargatas apenas ronda los 3 mil pesos. La ‘recuperación’ implicó ganancias récord para la empresa y salarios de miseria para los trabajadores. Hacia finales del año pasado, Alpargatas comenzó un proceso de ajuste y paralización de la producción. En los últimos diez meses, la patronal ha parado la planta en cuatro ocasiones mediante el adelanto de vacaciones o con suspensiones y despidos ‘hormiga’ que ya suman más de 250 personas, principalmente obreros jóvenes, de menor antigüedad. A la vez la patronal está ejerciendo una fuerte presión sobre los obreros de más antigüedad, exigiendo un aumento de productividad. Por esta vía fuerzan ‘acuerdos de desvinculación’, que dejan a los trabajadores en la calle con indemnizaciones mucho menores a las que les corresponden.


La empresa está exigiendo un fuerte aumento en el ritmo de trabajo, de este modo mantiene la misma producción con menos obreros, y están acumulando un stock que alcanzaría para las previsiones de ventas hasta 2014. Es exactamente lo mismo que hicieron antes de cerrar la fábrica por 18 meses en 2000-2002. Si a esto se le suma que la patronal ha comunicado que ‘dependemos del mercado’ -en un momento de profunda retracción económica en Brasil y Argentina- y que ya hay máquinas paradas, todo indica que se va a profundizar el cuadro de suspensiones y despidos e incluso la posibilidad de un cierre de la fábrica. Dentro de la planta se tomó conocimiento de una posible variante, en la que reduzcan masivamente el personal y pasen a transformarse en una suerte de ‘ensambladora’ de zapatillas, con materiales chinos de mucha menor calidad. Ante esta situación el sindicato no hace nada: llegó al punto de salir a negar los despidos en los medios. Son agentes directos de la empresa. La bronca entre los obreros es muy grande.


El Partido Obrero está realizando una enérgica agitación en la fábrica, denunciando los despidos, reclamando al gremio la convocatoria inmediata a una asamblea general y planteando el reparto de las horas de trabajo sin afectar los salarios para enfrentar los despidos y suspensiones, lo que fue muy bien recibido en la planta.


Las próximas semanas van a ser cruciales en el proceso de articulación de los activistas para poder superar el bloqueo burocrático y enfrentar el ataque patronal.