Sindicales

18/4/1996|490

Apalean y procesan a trabajadores

Para imponer el convenio Fiat-Smata

Los obreros de Aurora ocuparon durante tres días la planta de Avellaneda, para responder al bicicleteo en el pago de las quincenas y a la pretensión patronal de disponer una ‘suspensión prolongada’ con una fuerte reducción del salario. Por los mismos motivos, los obreros de Aurora Ushuaia resolvieron ocupar su planta horas más tarde.


La movilización de Aurora Avellaneda fue enfrentada con ferocidad: el jueves 11, mientras se desarrollaba la toma, un contingente de trabajadores que intentó ingresar a las oficinas de la empresa en la Capital fue apaleado por la policía. Poco después, la patronal envió más de 400 telegramas de despido al personal (comisión interna y delegados incluidos), bajo la acusación penal de “ocupación de la planta y privación ilegítima de la libertad”.


El verdugueo en los pagos y la posible suspensión ‘larga’ apunta a imponer despidos masivos, una reducción salarial y la liquidación del convenio. Semanas atrás, la patronal anunció un plan de ‘retiros voluntarios’… pagando en cuotas el 50% de las indemnizaciones correspondientes. El ‘plan’ fue despreciado por la casi totalidad de la fábrica. Ahora, con una “suspensión prolongada” y una fuerte quita salarial durante la misma, se pretendía precipitar a muchos compañeros a arreglar el retiro por cifras miserables.


La ‘crisis’ de Aurora


La patronal justifica su ataque a los trabajadores en la “crisis de ventas” que atraviesa, y hasta ha llegado a cuestionar “la continuidad de la planta de Avellaneda”. Pero Aurora acaba de pasar al control del pulpo internacional Grundig, quien, seguramente, no compró la empresa para ir a la ‘quiebra’ en un par de meses. Por otra parte, las suspensiones o despidos no van a resolver la ‘caída de las ventas’.


La patronal está aprovechando la crisis para amedrentar a ‘sus’ obreros: en realidad, Grundig se está preparando para producir y vender con ganancias extraordinarias en la próxima ‘retomada’ del mercado de los electrodomésticos. Para ello, los ‘germanos’ van a echar mano del método ‘universal’ de los capitalistas: estrujar al máximo la capacidad de trabajo del obrero de Aurora. Es por eso que pretenderán despedir a centenares de compañeros, y aplicarles al resto los ‘fundamentos’ del convenio Fiat-Smata: polifuncionalidad, jornada semanal flexible y desconocimiento de horas extras, movilidad de las vacaciones, y reducción del salario.


La amenaza de cierre de la planta, levantada por los ejecutivos de Aurora durante el conflicto, es un chantaje sobre los trabajadores para forzarlos a la aceptación de estas condiciones de trabajo negreras.


Lo que está en juego en esta lucha


La toma de la fábrica de Avellaneda fue levantada en acatamiento de la conciliación obligatoria que dictó, el pasado viernes 12, el Ministerio de Trabajo.


La ‘conciliación’ apenas ha abierto un paréntesis en el conflicto: aunque los compañeros de Aurora Avellaneda ingresaron a la fábrica el lunes 15, la patronal no ha retrotraído los quinientos despidos “con causa”. Con seguridad, serán ‘usados’ para una política de despidos al término de la conciliación, y para forzar a la aceptación de “nuevas condiciones laborales” como condición para permanecer en la fábrica.


Trabajadores apaleados, trabajadores procesados: la lucha de Aurora está demostrando hasta dónde está dispuesta a llegar la clase capitalista para ‘generalizar’ el convenio de Fiat y Smata. Aurora, con sus mil seiscientos trabajadores en todo el país, no es un caso más: para los capitalistas y el Estado, se trata de extender el ‘pacto negrero’ dentro de la UOM, más allá de las terminales automotrices. 


    • Ningún despido. Estabilidad laboral para los trabajadores de Avellaneda, Ushuaia y Catamarca.


    • Aumento del salario básico. No a la flexibilidad laboral. Defensa de las categorías existentes y de la antigüedad en la planta.


    • Expropiar las plantas de Aurora y ponerlas en marcha bajo control obrero, ante cualquier amenaza de cierre o despidos masivos. Está planteada una coordinación de delegados, de activistas y de comisiones internas, tras el reclamo a la UOM de un plan de lucha por Aurora, por paritarias y un convenio colectivo para toda la industria, contra los intentos patronales por fracturar y atomizar a los metalúrgicos.