Sindicales

9/6/1993|393

Aplastante derrota de Andrés Rodríguez

La Lista Naranja (PO e independientes) acaba de ser elegida en las elecciones internas del INTI. La votación —277 a 149 votos— constituye una aplastante derrota a la dirección de Andrés Rodriguez que apeló a una lista con elementos “independientes” de la burocracia al no poder presentar a sus “representantes directos” por su propio desprestigio.


El triunfo de la Naranja corona un esfuerzo de cuatro años como corriente antiburocrática en el INTI. El ascenso en el prestigio de la Naranja está reflejado claramente en el resultado de las tres elecciones últimas. En 1989, ganó la lista Azul con 414 votos, segundo, la Celeste con 397 y tercera la Naranja con 290. En 1991 la Naranja perdió por sólo 28 votos al no permitir la burocracia que votaran los no afiliados. Finálmente, la semana pasada la Naranja triunfó en toda la línea.


El ascenso del menemismo liquidó una enorme serie de conquistas de los trabajadores del INTI. Una de las más importantes fue la derogación de la “cláusula gatillo” que permitía una importante conquista salarial del conjunto de sus trabajadores. La fiebre privatista del gobierno liquidó también el comedor del INTI, y se desarrolló un paulatino proceso de descalificación de un sector donde existen una gran cantidad de profesionales. La última ofensiva del gobierno fueron los retiros “voluntarios” que dejaron en el correr de estos cuatro años a más del 40% del personal fuera del instituto.


Producto de toda esta ofensiva la burocracia de Andrés Rodriguez fue adquiriendo un gran desprestigio pues actuaron, de hecho, como correa de transmisión de las medidas de las autoridades. Primero tuvieron un proceso de división que culminó con la desafiliación de un sector que pasó a revestir en ATE. Esta fracción rápidamente quedó aislada por sostener, esta vez desde otro gremio, la misma política de adaptación que tenían en UPCN. Segundo fueron de hecho, considerados los responsables de la desaparición del escalafón único, la caida salarial, el achicamiento del INTI, y la imposición de la “flexibilidad laboral” en los sectores.


La Naranja se constituyó con el correr del tiempo en la única corriente de opinión del instituto. Su método de fijar posición sobre cada problema en un boletín, mantuvo absoluta continuidad durante los cuatro años en las alzas y en los reflujos. Su defensa inclaudicable de los intreses de los trabajadores, su denuncia permanente de la política del gobierno y de la burocracia, aun en momentos donde el ascenso del menemismo y la moda de las “privatizaciones” habían ganado a un sector de profesionales, permitió que finalmente se viera como la única opción seria para defender los derechos de los trabajadores del INTI.


La Naranja durante todos estos años, luchó incansablemente por imponerle los métodos de la democracia sindical a las trenzas y las maniobras de la burocracia de Andrés Rodriguez, que hacía de su relación con las autoridades la fuente de su poder. En las tres elecciones discutió sector por sector la elección de sus representantes y en plenarios abiertos fueron elegidos los hoy integrantes de la Comisión Interna. Además impuso de hecho un funcionamiento del cuerpo de delegados que no es oficialmente reconocido por el proscriptivo estatuto de UPCN. Ese cuerpo de delegados tuvo a la Naranja como uno de los principales protagonistas y le permitió imponer algunos métodos de lucha, ganar asambleas y realizar movilizaciones ante la manifiesta parálisis de la burocracia.


Un gran desafío


Para la Naranja está planteado un enorme desafío, pues es necesario recomponer el desastre de la antigua Comisión Interna, a sabiendas de que burocracia y autoridades nacionales boicotearán desde el primer día su gestión. Su primera tarea estará basada en elegir un cuerpo de delegados de sector e imponer su reconocimiento a las autoridades, establecer un plan de trabajo cuyos principales puntos sean la recomposición salarial, la recategorización de los trabajadores del INTI, la lucha contra la “flexibilización laboral” y que se terminen los aprietes de los jefes, para que exista un absoluto respeto de hasta el último de los trabajadores del INTI.


La Naranja tiene además la enorme responsabilidad de ser un punto de referencia para otras comisiones internas de la zona y fundamentalmente para los otros sectores del gremio que han sufrido retrocesos aún mayores en materia salarial y de condiciones de trabajo.


Los mismos métodos que la llevaron a ser elegida plebiscitariamente en el INTI, tendrán que ser puestos a la práctica ahora como comisión interna. Así podrá comenzar a estructurarse, firme y pacientemente, una verdadera dirección antiburocrática que expulse de UPCN a la burocracia sindical.