Los compañeros de la Clínica Junín han tomado el establecimiento desde el viernes 24 en respuesta a la provocación patronal de enviar veinticinco telegramas de despido. La acción de la empresa se trata de un típico operativo de pinzas, al que se han sumado el Ministerio de Trabajo y la burocracia sindical. Los trabajadores han rechazado el arbitraje planteando algo elemental: “Si quieren conciliación, que paguen los diez meses que deben”, y mantienen la ocupación por tiempo indeterminado.

La Clínica Junín, que atendía a los trabajadores de toda la ciudad a través de las obras sociales, hoy se encuentra al borde del cierre. Se trata de una lucha estratégica de todo el movimiento obrero para frenar la sangría de los despidos y los cierres de empresas, que lo único que hacen es engrosar las filas de los desocupados.

Los trabajadores tenemos que imponer una salida a esta situación terminal. Impulsemos una acción de conjunto de los trabajadores de la sanidad y de todo el movimiento obrero para imponer la estatización de la empresa, la adjudicación de partidas presupuestarias en el presupuesto de salud pública y la reapertura de la clínica en todo sus niveles de complejidad bajo control de los trabajadores.