Sindicales

5/10/2020

Asesinato del chofer Pablo Flores en La Matanza: certezas e incógnitas

Sus compañeros de la línea 218 movilizaron a la Comisaría y a Gral.Paz.

El asesinato a balazos de Pablo Flores, de 28 años, chofer de la línea 218 de la empresa de colectivos Almafuerte de La Matanza, provocó una fuerte reacción y movilización de los compañeros de trabajo, que pararon la línea, manifestaron sobre la comisaría 3ra de Virrey del Pino y marcharon luego a la Gral. Paz en la noche del jueves 1ero. Hubo un episodio de furia, con pedrea a la comisaría, fuerte represión con gases y balas de goma y un par de autos incendiados. Pero el grueso de los trabajadores marchó y cortaron ambas manos de la Gral. Paz a la altura de Alberdi, donde se mantuvieron hasta las 10 de la mañana siguiente.

Está claro que la brutalidad de este crimen puso una vez más sobre el tapete la cuestión central de la seguridad de los choferes, inermes ante los asaltos permanentes, especialmente en el gran Buenos Aires. Por ende también el reclamo de la seguridad, que corresponde encarar mediante cabinas blindadas para los conductores, guardias de seguridad en los coches bajo convenio UTA y comisiones obreras electas por línea con poder de veto. Puntos centrales estos del Proyecto parlamentario presentado sobre el tema por la diputada Romina del Pla del Partido Obrero – Frente de Izquierda.

Otro punto incuestionable es que la reacción obrera surgió y fue conducida por las bases de la Almafuerte, que decidieron todo en un estado de asamblea permanente e itinerante. La dirección de la UTA estuvo ausente, se limitó a producir un comunicado disponiendo el paro por 24 hs de las empresas de la zona Oeste. Sergio Berni, ministro de Seguridad de la provincia, se hizo presente personalmente en el corte y ante el rechazo de los choferes a levantar la medida como condición de una negociación, parlamentó con un grupo de trabajadores, comprometiéndose a recibirlos el lunes para elaborar un protocolo de seguridad. Luego la concentración de 300 trabajadores, se desplazó a la puerta de la empresa y el paro continuó todo el fin de semana.

Pero hay otra dimensión de los hechos. Los disparos que mataron a Flores fueron realizados por dos hombres que ocupaban un auto particular, desde la calle, sin subir al colectivo por lo que el móvil de un robo fue rápidamente descartado. Berni lo dijo e insinuó un ajuste de cuentas que los medios atribuyeron a una venganza personal por motivos pasionales contra otro chofer, cuyo colectivo Flores manejaba esa noche por desperfectos en el propio.

No debe soslayarse sin embargo otros elementos, como el clima enrarecido que impera en la UTA como producto del fuerte enfrentamiento de las dos fracciones que se disputan la conducción del gremio, su poder político y sus negocios vinculados a diferentes empresas de transporte. La que responde a Fernández, actual Secretario General, y la agrupación “Manuel Palacios” de Bustinduy, ambas burocráticas, de hábitos patoteros y conductas mafiosas. Comentaban los compañeros que los días previos, carteles pegados en los alrededores atacaban al sector de Bustinduy y que para el viernes 2 estaba convocada una concentración en Liniers, por sectores de oposición a Fernández.

Sobre la gestión de Berni, nada hace pensar que supere las rutinarias promesas inocuas de siempre de incrementar la vigilancia policial. Tanto la investigación y castigo a los autores de este crimen, como la solución a la inseguridad y la expulsión de las burocracias y sus patotas del gremio, requieren de la organización independiente de los trabajadores.

La fuerte reacción de los compañeros de Almafuerte, emergente de una gran tensión contra los abusos patronales en el Área Metropolitana del gremio, unida a las crecientes movilizaciones en el interior, van creando las condiciones para ello.