El dirigente estatal disidente de ATE Raúl Praino fue favorecido con una medida cautelar de la jueza federal de Rosario, Silvia Aramberri, apoyada en el fallo de la Corte Suprema, mediante la cual revierte un traslado antisindical. A Praino se lo había desalojado de su oficina, se le desconoció antigüedad, categoría y estatus gremial.

La persecución se originó porque Praino creó un nuevo sindicato llamado Nueva Organización de Trabajadores Estatales (Norte) a raíz de su choque con ATE. Jorge Acedo, dirigente de ATE y secretario de la CTA de la provincia de Santa Fe, cuestionó el fallo de la jueza rosarina con el argumento de que la disposición de la Corte sólo rige para delegados de un lugar de trabajo y no para un secretario general de un gremio que “representa a toda la organización”.

Es decir que para este degennarista de paladar negro que es Acedo, la libertad sindical rige cuando le permite hacer un nuevo sindicato a ATE o a la línea oficial de la CTA, pero no cuando es usado contra ella.

Raúl Praino es un pejotista ligado a la burocracia moyanista de Grimaldi, de ATE Pami, pero su línea del sindicato paralelo la aprendió en la CTA. ATE no quiere su propia medicina.

Desde estas páginas denunciamos que dos días después del fallo de la Corte, en el Garrahan, una junta electoral de ATE impugnó a dos candidatos clasistas opositores porque les faltaba un año de afiliación, a pesar de que eran delegados de lugar de trabajo, usando exactamente por la disposición que la Corte consideró inconstitucional.

La Junta Interna de ATE Pami ha dejado en la estacada al combativo Cuerpo de Delegados del Hospital Francés, que libró la gran lucha por el pase al Pami de más de mil trabajadores, con la sola excepción de una delegada del MST que ofició de normalizadora y/o entregadora del resto de los delegados.

La libertad sindical para la CTA es un traje a medida de un nuevo sindicalismo burocrático como rueda auxiliar de la centroizquierda y del kirchnerismo.