Sindicales

8/12/1993|408

Ate: otro pacto podrido contra los trabajadores

El degennarismo de Ate nacional y la conducción de Ate Ensenada (menemo-duhaldista, Azul y Blanca) se han unido para liquidar el convenio colectivo del Astillero Río Santiago (ARS). Como el resto de la burocracia sindical, la de Ate también se ha anticipado a la sanción de la “reforma laboral”.


En una asamblea, la Azul y Blanca llevó un “acta-acuerdo” pactada con la patronal y apoyada por el degennarismo, que contempla el grueso de las aspiraciones del gobierno. Se plantea allí la “multiplicidad de tareas” (“que la empresa … asigne tareas no específicas” con la única concesión de “no sufrir cambios en su categoría y remuneración”), la posibilidad de tomar trabajadores contratados (“subcontratar trabajos … cuando hubiere necesidad”) o de trasladar compañeros, forzando el “despido con causa”.


En el “acta-acuerdo” se aceptan todas las condiciones de transferencia del ARS a la Provincia, asegurando “un marco de paz social que permita lograr (estos) objetivos”. Desde ya no contempla la estabilidad laboral de los 1.100 compañeros. Esto es criminal porque el gobierno está en plena ofensiva para desmantelar el ARS e incluirlo como puerto de la “zona franca”: siguen las suspensiones, se intenta prohibir las asambleas y ni siquiera están asegurados los recursos para el pago regular de los sueldos.


 


Asamblea con la pistola en la cabeza


Que la asamblea del Astillero haya “votado” bajo coacción este engendro confirma la identidad gangsteril de estos burócratas que actúan como chantajistas al servicio del menemismo. La Azul y Blanca y De Gennaro sellaron este pacto podrido a espaldas de la fábrica, puentearon al cuerpo de delegados y a la interna en las “negociaciones” con la patronal, violando una expresa resolución anterior de asamblea, escondieron el acta anti-convenio para evitar que se discuta en las secciones y en la base y apuraron la asamblea y la votación chantajeando a los compañeros con la “aceptación total del paquete o la pérdida del aumento salarial” (en realidad, el acta habla de un “premio a la prestación efectiva de trabajo”, cuyo promedio sería de 200 pesos).


Después de haber amañado la asamblea, que fue minoritaria y donde el acta fue aprobada por 200 votos contra 30 y 70 abstenciones, la Azul y Blanca (sostenida por el degennarismo) consumó un triple afano: 1) robarle el convenio colectivo a los trabajadores del ARS; 2) expropiarles el reclamo salarial, por el que vienen luchando desde hace meses, y que enfrentó a la fábrica con la burocracia sindical carnera (la Azul y Blanca carnereó el quite de horas extras); 3) servirse del acta que los “reconoce” ante la patronal como “únicos interlocutores” para robarse la representación de una fábrica que mayoritariamente los repudia (de movida, la burocracia de Ate Ensenada se ha adaptado al “bando” de la empresa que se arroga la potestad de autorizar o no las asambleas en fábrica).


Los argumentos para imponer el acta antiobrera son ilustrativos del grado de corruptela, podredumbre y coacción con que se mueven los “cegetistas” de la seccional Ensenada y los “ceteaístas” del Consejo Directivo Nacional. Estos burócratas apretaron a la asamblea con la extorsión de los 200 pesos, no sin antes “recordarles” a los compañeros que es “inútil pelear porque el convenio ya está liquidado y es inminente la sanción de la ley de reforma laboral” …


En estas condiciones de chantaje y aislamiento burocrático, y con la presión de un sueldo promedio que no llega a los 400 pesos, la asamblea del ARS votó el acta con la pistola en la cabeza.


 


La responsabilidad de la Comisión Interna


La asamblea votó coaccionada pero también bajo un grado extremo de confusión: a la hora de votar pesó la “neutralidad” de la mayoría de la Comisión Interna que le dejó la “cancha libre” a la burocracia menemista y a sus socios degennaristas. La responsabilidad de esta derrota es inequívoca: las corrientes que tienen mayoría en la Interna (la Celeste pro Frente Grande, el Ptp y elementos pro-degennaristas) rechazaron el planteo del PO en el Cuerpo de Delegados, que propuso una moción unificada del activismo contra el acta anti-convenio. Este “renuncio” pretendidamente “táctico” (porque “intramuros” algunos criticaban el “paquetazo” pero paralelamente se negaban a desenmascarar la componenda entre la Azul y Blanca y el degennarismo) dejó a la asamblea sin oposición, con la sola excepción del PO (minoritario en la CI) que denunció el acta y mocionó su voto en contra. Desarmado el Cuerpo de Delegados, la burocracia monopolizó la asamblea y le impuso una derrota a la fábrica.


Esto ocurre a cuatro meses de la próxima elección de delegados. La patronal y el arco burocrático quieren aplicar la polifuncionalidad para esclavizar a los trabajadores, desarmar y “reestructurar” a las secciones y para digitar al máximo la elección de los nuevos delegados, liquidando al combativo Cuerpo de Delegados existente.


 


¿Qué hacer?


El paso siguiente es la aplicación del acta y la ejecución de la “flexibilidad”. En una fábrica con la tradición de lucha del ARS esto no va a ser una tarea sencilla y sí seguramente una nueva fuente de choques y enfrentamientos entre los trabajadores y el gobierno.


Especialmente cuando el gobierno de Duhalde no tiene otra política para el Astillero que su remate y liquidación.


El PO llama a reconstruir el frente del Cuerpo de Delegados y el activismo para luchar por el salario y contra la “flexibilidad laboral” y para impedir la liquidación del convenio y sus conquistas a manos de la empresa y del tándem burocrático menemo-degennarista.