Aten: Balance de una gran huelga

Patricia Jure, Norberto Calducci, Mabel Parra, Roxana Mardones, Gustavo Burne, Myrna Vespoli (integrantes de las comisiones directivas de Aten provincial, Plottier, capital y Centenario)

El 24 de abril, luego de nueve semanas de huelga, fueron suspendidas las medidas de fuerza en el plenario de secretarios generales de Aten. Los objetivos iniciales de la huelga no fueron conseguidos, pero el gobierno echó lastre ante algunos de los reclamos y está pendiente el pago de días caídos.


Los docentes y auxiliares han desarrollado una lucha excepcional por el 35 por ciento de aumento salarial, en defensa del lSSN (obra social y caja de jubilaciones), por la infraestructura escolar y las condiciones laborales de los auxiliares precarizados.


Es necesario hacer un balance riguroso de la huelga, para sacar las conclusiones y tareas precisas que arroja su desenlace.


Una lucha extraordinaria


La huelga de Aten puso de manifiesto el carácter rabiosamente capitalista del gobierno, traducido en la orientación de los fondos públicos, el negociado con las petroleras, el endeudamiento sin control, los negociados millonarios del presupuesto y el desvío de fondos para el rescate de bancos y empresas; el sobreprecio de la obra pública, el colapso educativo y la política privatizadora, el rol autoritario y extorsivo del gobierno y la complicidad política de la oposición patronal.


Al denunciar adónde van los recursos del presupuesto, Aten fundamentó el pliego de reclamos frente a la población, que también es víctima del ajuste del gobierno. Incluso en medio del conflicto, se produjeron tres "accidentes" con el desplome de un pizarrón en la escuela 188 de San Martin de los Andes, un cielorraso en la Escuela Especial 1 de Neuquén y una puerta en un jardín de infantes en Chocón.


El movimiento de lucha extremó sus esfuerzos en múltiples iniciativas durante 58 días de lucha: reuniones con directores, de delegados, asambleas permanentes, movilizaciones masivas, encuentro de auxiliares de servicio, piquetes, permanencias en el Consejo de Educación, la Casa de Gobierno y el ISSN, volanteadas, campaña de firmas, multisectoriales, reuniones con diputados, pronunciamientos en los concejos deliberantes, asambleas con madres y padres, y acciones de solidaridad en Buenos Aires, Córdoba y Mendoza.


Si Sapag calificó de "golpista y destituyente" a la huelga, es porque puso en evidencia la orientación antipopular de su gobierno.


Lo que enfrentó la huelga


La batería de ataques a la huelga fue creciente: descuentos masivos, doble ataque a la vivienda y amenazas telefónicas a la compañera Patricia Jure y a delegados, el intento de incendio de un vehículo de la seccional Aluminé, los aprietes de punteros del MPN en la escuela 181 y la 351, el fallo de la jueza Rossi en Chos Malal para imponer suplentes a los huelguistas, entre otras agresiones.


La huelga resistió a pesar del aislamiento nacional de la Ctera y CTA provincial, y fue el único sindicato que se puso de pie ante la "paz social".


La tenaz huelga sacudió la tregua que la dirección de la CTA le otorgó al gobierno de Sapag desde fines del año pasado. En el marco de la lucha docente, se vieron obligados a convocar a dos paros provinciales, donde se registraron marchas de más de 10 mil trabajadores.


La Celeste, que dirige nueve de las 22 seccionales, puso todo su empeño en degradar la huelga y su pliego. Le proporcionó información al gobierno y a la prensa oficialista desde adentro del conflicto, apostando a su derrota. La orientación general de los kirchneristas en Aten fue contraria al paro, incluso cuando Baradel rechazaba el 22 por ciento de Scioli y estaba obligado a convocar paros en Buenos Aires. Sus direcciones promovieron la información de listados de huelguistas en las escuelas.


La dirección


En diciembre de 2012, Aten fue recuperada por el Fura, un frente antiburocrático que integra Tribuna Docente junto otras quince agrupaciones.


Frente a la estrategia de desgaste de Sapag contra la huelga y la caída de la adhesión al paro, una parte mayoritaria de la dirección provincial y seccionales (Naranja, Azul, Indigo-PSTU, Rosa, Verde-PCR y MST) se pronunció por suspender el paro dos semanas antes de su desenlace definitivo. Esta inclinación de la mayoría de la directiva a doblegarse frente a las brutales presiones del Estado y los medios fue rechazada por las asambleas, que defendieron hasta el final continuar con la lucha.


Ante la tenacidad de la huelga, el gobierno intentó echar lastre en una mesa de negociación. Allí, estampó su compromiso respecto de una serie de puntos, pero se guardó como un botín la negativa a devolver los días descontados y recomponer salarios.


Al filo del esfuerzo, las asambleas votaron continuar y sostener una negociación que se concentraba en una contrapropuesta por los reclamos pendientes (anulación del fallo para imponer suplentes, devolución de los descuentos y mesa salarial).


Ante el desgaste y la manifiesta ruptura de la unidad de acción de Aten, Sapag abortó la negociación y lanzó a los punteros a reclamar suplentes y a exigir el fin de la huelga.


El plenario de secretarios generales del 24 de abril se encontró ante la encrucijada de la exigencia estatutaria de los dos tercios de los votos para continuar el paro, aunque la mayoría de los mandatos se orientaban en ese sentido. Esta situación expuso aún más los límites y vacilaciones políticas de una parte mayoritaria del Fura, que priorizó un pretexto estatutario e impuso la posición de una minoría sobre la mayoría.


Tribuna Docente, en sintonía con lo votado en la mayoría de las asambleas de las seccionales, defendió una perspectiva: que se reabra la negociación y una vía a los reclamos más sentidos que votaron las asambleas, junto a la unidad de todos los movimientos de lucha (al día siguiente sería el paro de la CTA). Sostuvimos que la continuidad podía apoyarse en las reservas del movimiento (el paro crecía los días de movilización provincial) y en la crisis misma del MPN en el gobierno. La votación de la ley de presupuesto y la manifestación en Buenos Aires en apoyo a la lucha de Aten, Sitech y Suteba también lo justificaba.


Lo que está en juego


Durante el conflicto, el gobierno tuvo que echar lastre en las mesas de negociación. Lo que está en juego ahora es el cumplimiento de los compromisos parciales que el gobierno plasmó en la última mesa, sobre la realización de la obra pública escolar en cinco anexos; no nacionalizar ni "armonizar" las condiciones previsionales con la Anses, hacer los aportes mensuales necesarios para el funcionamiento del ISSN y el pase a planta de los auxiliares de servicio. Es necesario defender a los huelguistas de cualquier tipo de intimidación, procesamiento y descuentos, para lo cual el plenario resolvió convocar inmediatamente a asambleas que resuelvan un curso de acción. Que este primer round no haya logrado quebrar el brazo del gobierno, no nos habilita a silenciarnos ni a cambiar nuestra posición combativa frente a Sapag.


Llamamos a los trabajadores de la educación a sacar las conclusiones, en defensa de la lucha emprendida y del sindicato. Sobre esa base, nos apoyaremos para dar continuidad a nuestra lucha. Y a poner en pie una gran Tribuna Docente como alternativa a todos los problemas políticos que puso de manifiesto la huelga.


Tenemos el desafío de edificar la unificación de un plan de lucha de todos los estatales. Ellos han hecho una experiencia histórica respecto de su propia conducción, que aceptó la miseria de Sapag sin chistar.


Es el camino necesario para quebrar la política del gobierno, reclamando el adelantamiento de la mesa salarial y una salida al resto de las reivindicaciones pendientes.


Aten llevó adelante una gran pelea que promete nuevos capítulos, más allá de las pretensiones de Sapag de dar por concluida la lucha salarial. Preparémonos para intervenir en ellos desde el escalón que alcanzó nuestra gran huelga.