Después de cinco semanas de huelga tenaz, la conducción provincial (TEP – kichnerista) logró aprobar por un escaso margen de votos a escala provincial que se acepte la última oferta realizada por el gobierno del MPN, aliado del macrismo.

 

El TEP ha lanzado una campaña por las redes sociales calificando al acuerdo como una “victoria que rompe el techo salarial de Macri”. Es una campaña mediática que busca engañar al resto de los trabajadores del país y distraerlos del ajuste que aplican los gobernadores del FpV, especialmente en Santa Cruz.

 

El TEP se ocupó de difundir que el incremento es del 31%, pero ese porcentaje se aplica sobre el salario básico, muy inferior al conformado de bolsillo que cobran los docentes neuquinos, como ocurre en todo el resto del país. El asunto es que lo que llegará al bolsillo será, con suerte, un aumento de entre el 10 y el 14%, según la actualización trimestral manipulada por el gobierno por el índice de precios al consumidor, a cobrar en cuotas hasta marzo de 2018.

 

El anzuelo para inclinar las votaciones fue el pago de un compensatorio del 8% –que corresponde al segundo semestre congelado y adeudado en 2016 y que se cobrará desde abril– y un bono, por única vez, de 6 mil pesos por cargo, en negro y pagadero en tres cuotas hasta julio.

 

El salario inicial de bolsillo de una maestra que recién empieza, por lo tanto, pasará de $11.240 a $14.359, recién en abril de 2018. En definitiva, es un acuerdo que se encuentra incluso por detrás del mísero 19% de Bullrich y Vidal. No se ha roto ningún techo salarial, contrariamente a lo que difunde la conducción provincial de ATEN.

 

Si bien el gobierno no se animó, en plena huelga, a descontar masivamente con el pago del salario de marzo, todos los días de paro, la devolución de lo descontado queda supeditado a un acuerdo entre la dirección provincial de ATEN y las autoridades del CPE. Como contrapartida, ATEN acepta extender el ciclo lectivo hasta el 22 de diciembre.

 

Hasta el año que viene

 

A pesar de las reservas de lucha que mostraba la base del gremio, la dirección provincial del TEP y el gobierno de Gutiérrez presionaron sobre las asambleas para que aceptaran un “empate técnico” antes que una hipotética derrota, a lo que se sumaron las vacilaciones de un sector de la izquierda.

 

Con este acuerdo, el gobierno compromete a ATEN a una tregua hasta el inicio del próximo ciclo lectivo, como ya lo había hecho con ATE.

 

La adhesión a los paros nunca bajó del 70%, con picos del 90%.

 

La lucha tuvo el punto cumbre en la llamada “marcha de los guardapolvos”, con 30 mil manifestantes; en la bicicleteada por Carlos Fuentealba, el 4 de abril, en la que participaron  centenares de ciclistas, y en la gran concentración en el puente carretero durante el paro nacional del 6 de abril.

 

La moción de rechazo que propusimos desde Tribuna Docente junto a otras agrupaciones perdió por pocos votos en la asamblea de la Capital y se impuso en seccionales importantes, como Zapala, Plottier, Centenario, Cutral Có-Plaza Huincul y en otras con menor cantidad de afiliados, como Las Lajas, Loncopue, Senillosa, Chañar, etc. Lo cual demuestra que gran parte de la base no apreció el "triunfazo" que vende la conducción, del cual, sin embargo, se hicieron eco la Fucsia-IS (Angélica Lagunas), la Rosa local, la Púrpura (POR) y la Verde (PCR). Nuestro programa exigía la incorporación de los aumentos al básico, sin cuotas y el compromiso escrito de que no se descontarían los días de paro.

 

La lucha de los trabajadores de la educación de ATEN se inscribe en la lucha de AGR Clarín, las obreras textiles y los científicos del Conicet, contra el ajuste de Macri y los gobernadores.