Para el 22 de abril están convocadas las elecciones para elegir la conducción de Atepsa, sindicato que nuclea a los trabajadores de los servicios de navegación aérea, llamados habitualmente controladores aéreos. Un gremio que fue noticia en estos días por el paro que paralizó la aviación y arrancó un diez por ciento adicional a la oferta salarial patronal.

Se presentan tres listas: La Multicolor, compuesta por los delegados combativos que vienen poniendo al gremio en pie de lucha; la Azul y Blanca (Afasna), armada por la gerencia de la empresa, y la Celeste, un desprendimiento de la actual dirección burocrática del sindicato.

La Multicolor es la expresión de los delegados que desde hace más de tres años vienen modificando radicalmente la vida del sindicato, plantando la bandera de la democracia sindical y, sobre todo, ejercitándola con sus compañeros y obligando a la conducción del sindicato a realizar asambleas y plenarios de delegados, realizando autoconvocatorias cuando la conducción se negaba y consiguiendo la elección de paritarios nacionales que defiendan a los trabajadores.

Fue como parte de este proceso, que en 2019 se gestó el primer paro nacional del gremio en toda su historia y todos los planes de lucha que se fueron llevando adelante en estos años.

Es así que en este período se han conseguido revertir los dos despidos que hubo (uno con Macri, otro con Fernández), la estabilidad laboral para más de 600 trabajadores, paritarias por encima del tope del Estado Nacional e importantes adicionales salariales, entre otras conquistas.

Todos estos avances fueron a pesar de la burocracia sindical que está a la cabeza del sindicato, que si bien se vio obligada a convocar las medidas de lucha, siempre actuó como un freno e incluso levantó en más de una oportunidad los conflictos unilateralmente, ganándose el repudio de la base del gremio. Cosa que ocurrió también en este último conflicto en el que quedaron diversas reivindicaciones pendientes.

De la vereda de enfrente estará la Azul y Blanca, que es una lista armada por la gerencia, que busca subordinar por completo la vida gremial a los intereses de la presidenta de la Empresa Argentina de Navegación Aérea (Eana), ente que controla la actividad. Durante estos años se han caracterizado por ser sus voceros y su accionar político cotidiano es la entrega de prebendas y beneficios personales para quebrar este proceso de organización. Esta lista se encuentra en estos momentos observada por la Junta Electoral por no cumplir con los requisitos establecidos en el Estatuto.

El sindicato ha estado en las últimas semanas en la tapa de todos los medios por el ataque coordinado contra el paro realizado la semana pasada por parte del camporista Ceriani, presidente de Aerolíneas Argentinas, y de Matías Lammens, ministro de Turismo. Ataque que fue secundado por todos los medios de comunicación, sean oficialistas u opositores.

Ocurre que las disputas entre La Cámpora y Fernández o del gobierno con Juntos por el Cambio pasan a un segundo plano cuando de lo que se trata es de quebrar la lucha de los trabajadores para aplicar los planes de ajuste del FMI.

Acá también se vio la cara de la burocracia sindical que hoy dirige el gremio, que ante los aprietes se bajó del conflicto sin chistar, siendo repudiada por enésima vez por la base del gremio.

Una victoria de la Multicolor en Atepsa sería un gigantesco paso adelante para todos los aeronáuticos en el camino de tener organizaciones sindicales independientes del gobierno de turno y que respondan a los genuinos intereses de los trabajadores. Pero también un paso para el conjunto del movimiento obrero.