Sindicales

1/5/1997|537

Atlántida : ¡Cincuenta y ocho días…!

A punto de cumplir dos meses la lucha de los trabajadores de Atlántida, la huelga ingresa ya a la historia del gremio gráfico. Desde el conflicto de La Razón, en el 64, no se registraba una experiencia donde los trabajadores organizados detrás de su dirección de fábrica ensayaran decenas de iniciativas de lucha, arrastrando a muchas fábricas de la zona que rodearon de solidaridad el conflicto.


La huelga lleva 18 días de olla popular, luego de ser violentamente desalojada por la policía y aun silenciada por los grandes pulpos de la comunicación, y negada en esta fase por la dirección del sindicato, que nunca impulsó la huelga y que luego la dio por terminada antes de que ésta finalizace.


La empresa no logra normalizar la producción, a pesar de que la planta es un cuartel con policía montada, cuerpo de infantería y patrulleros afuera y adentro. La hostilización abierta a la salida de camiones, los piquetes y peajes en la puerta, retrasan cada salida de las grandes revistas


La huelga y su difusión han obligado a la intervención política de la provincia de Buenos Aires. Para salir del paso, el propio Duhalde se vió obligado a escribir una carta a la comisión interna, señalandole que el Ministerio de Trabajo de la Provincia tenía en sus manos la situación del conflicto. El Ministerio de Trabajo provincial ha citado a la patronal y a la interna para la semana próxima en La Plata.


La huelga sigue instalada como una de las principales luchas que se libran a nivel nacional. El llamamiento de Atlántida, junto con compañeros de Fiat, Docentes de Neuquén y luchadores de Cutral Co, comisiones internas de la UTA y compañeros de la sanidad, para el 1º de Mayo, la colocan como una referencia de lucha contra los cierres truchos de las empresas y contra la flexibilidad laboral.


El conflicto ha tomado trascendencia internacional. Más de 12 organizaciones gráficas de distintos países del mundo han presentado un reclamo a los ministerios de Trabajo nacional y provincial. El pasado viernes, el tema Atlántida fue abordado como conflicto testigo por la Federación Gráfica Internacional, como una muestra de lucha contra la destrucción de convenios por parte de las patronales gráficas del mundo.


El papel del gremio


Durante estos dos meses de lucha, los trabajadores de Atlántida han visto cómo la dirección del gremio se colocó en la vereda del Estado ante la brutal represión policial y, cómo tampoco convocó a un plenario general del gremio frente al más importante conflicto gráfico de años.


Mientras la dirección del sindicato aceptó todas las medidas impuestas por la ‘flexibilidad laboral’ menemista, no salió a defender una fábrica entera que, con los delegados a la cabeza, se resistió a aceptar despedidos, la destrucción de su convenio y la rebaja al 50 por ciento de sus salarios.


Pero la enorme parálisis del sindicato contrasta con la opinión del conjunto de la base del gremio; decenas de delegados verdes, correctamente interpretan que debe haber alguna acción general del gremio para defender esta histórica lucha. Por eso se está firmando un petitorio donde se reclama un urgente plenario general de delegados para apoyar a Atlántida.


La respuesta de la dirección del sindicato ante este petitorio es criminal. Ha sacado, con el sello inconfundible de Ongaro, un “Anónimo”, que da por terminada la lucha, y denuncia como una ‘ceguera’ que la Comisión Interna y los trabajadores de Atlántida resistan los despidos, la flexibilización, la destrucción de su convenio y, por sobre todo, defienda su organización gremial, que en trece años de luchas, permitió obtener uno de los mejores salarios del gremio, el respeto por las categorías, la estabilidad laboral y la democracia sindical.


Ongaro puede darle los ‘giros literarios’ que quiera al conflicto, puede llenar su casa de estatuas griegas, puede apelar a su ‘pasado’, pero su política es de la postración total y absoluta al menemismo. Atlántida marca para Ongaro la cuenta regresiva de su ‘reinado’ del verso y la perfidia. En su momento, los gráficos pondrán a Ongaro en el lugar que le corresponde.


El fondo de huelga


Los fondos de huelga han sido, históricamente, un termómetro del grado de organización y de solidaridad alcanzados por cada lucha. Muchas veces despreciados en épocas donde no hay conflictos, en medio de una lucha larga siempre se transforman en una vital herramienta para su sostenimiento. En el caso de Editorial Atlántida, el fondo lleva recaudado más de 35.000 dólares. El fondo está organizado por una comisión de finanzas que día a día evalua e informa sobre toda la actividad realizada. En la cartelera de finanzas de la olla figuran todas las actividades y lo recaudado en peajes, colectas, aportes de partidos, sindicatos y comisiones internas. El fondo ha sostenido, en los 58 días que lleva la lucha, los gastos de comida durante toda la ocupación y los 20 días de olla popular; ha sostenido la impresión de más de 100.000 volantes desde que empezó la lucha y todos los boletines de huelga de la comisión interna. A esto hay que sumarle innumerables gastos de teléfonos, fax, telegramas, la impresión de pancartas, compra de bombos y redoblantes, más los gastos de micros y sonido para una decena de actos y movilizaciones, y para más de 30 piquetes a otras gráficas. Adicionalmente, el fondo debió reponer pancartas, bombos y comida robada por la policía, cuando desalojaron violentamente la planta.


Los sindicatos gráficos colaboraron con el fondo, en particular la Federación Gráfica Internacional, que lleva aportados hasta ahora 5.500 pesos, 3.500 la FATIDA, 4.000 el sindicato gráfico, 2.000 el de publicidad y 500 Adosac, el sindicato de los docentes de Santa Cruz.


Son innumerables las colectas realizadas en fábricas, destacándose nítidamente el gran apoyo de los compañeros de SIDERCA, con más de 1.000 pesos aportados a las alcancías. El boletín de huelga que editarán los compañeros de Atlántida en la próxima semana, destacará todas las colectas y aportes realizados en agradecimiento a tanta solidaridad obrera y popular, expresada también en colegios y universidades.


Salvados todos los gastos de mantención y difusión del conflicto, está planteado el gran desafío de apoyar económicamente a las familias de los huelguistas. Un primer paso fue el día 21, en que se entregaron 100 pesos a cada una de las familias más necesitadas, esperando entregar una suma similar la próxima semana.


El fondo de huelga de Atlántida es un verdadero ejemplo de administración económica de una lucha, apelando a la solidaridad de clase de otros trabajadores, y es además una muestra acabada de la enorme solidaridad que rodea un conflicto que ya lleva casi dos meses y que mantiene una alta moral de los luchadores.