Más de 800 docentes asistieron a lo que la Comisión Directiva dio en llamar “Audiencia Pública” (por la mañana) y a la Asamblea Extraordinaria que se llevó a cabo por la tarde.

Algunos concejales y consejeros escolares escucharon inmutables la contundente denuncia de los docentes. La jornada se convirtió en un juicio popular a la destrucción de la educación por la acción del gobierno municipal, provincial y nacional.

Mientras el ministro de Educación, Oporto, mantiene un “Observatorio de la Violencia”, los docentes enfrentamos la violencia del Estado y del gobierno que destruye la educación, nos paga salarios de hambre, extiende la pobreza y condena a miles a abandonar la escuela.

Se denunciaron cada uno de los casos de deterioro edilicio, la falta de edificios y los malos materiales con que se hacen las “reparaciones” que no duran una semana. Denunciamos que en casi todas las escuelas las salidas de emergencia no existen y si existen están rotas o trabadas. Las escuelas ubicadas cerca del Polo Petroquímico desconocen las medidas básicas del plan de Evacuación.

Denunciamos la falta de cargos y la deserción escolar.

Por último, abordamos el tema salarios. La Asamblea decidió apoyar la propuesta de Tribuna Docente y de UDL de hacer el día 11 de agosto una jornada de protesta con asamblea y movilización. La moción se impuso por 112 votos contra 95; maniobra de la Directiva era hacer la asamblea fuera del horario escolar.