Sindicales

19/11/2014|1341

Balance de la huelga del Hielo


Concluidas las primeras 48 horas de paro general en los frigoríficos del Alto Valle por un bono de fin de año de seis mil pesos, la burocracia de STIHMPRA (sindicato del hielo) decretó el lunes 3, al mediodía, otras 72 horas de paro, luego del fracaso de las negociaciones con la Cafi, la cámara patronal de la industria frutícola. El martes 4 por la noche, la burocracia de Troncoso y su patota recorrían todos los frigoríficos del Valle, especialmente aquéllos donde se habían montado piquetes, para anunciar el levantamiento de las medidas y el arribo a un acuerdo con la patronal y el gobierno.


El acuerdo firmado en forma unilateral por la burocracia de STIHMPRA es por un bono de cuatro mil pesos, a cobrarse en dos cuotas de dos mil pesos hasta diciembre. No es bonificable, es decir que no será tenido en cuenta para próximas negociaciones. Los temporarios sólo cobrarán 22 pesos por día trabajado en el lapso que va del 1º de julio al 31 de diciembre. La burocracia dejó fuera del acta acuerdo la reincorporación de los compañeros que fueron suspendidos en plena huelga y el compromiso de que no se descuenten los días de paro.


Allí donde no habían suspendidos temporarios, las represalias comenzaron el día después de firmada el acta acuerdo, especialmente en las plantas donde existió un activismo más duro que garantizó el paro plenamente sin permitir la salida de los camiones de fruta para la exportación. En Expofrut, la patronal anunció el descuento de los días parados y una mayor regimentación de la jornada de trabajo. En Kleppe, Tres Ases y Cetone, la patronal apuesta a no pagar a los trabajadores suspendidos los días de paro.


Los luchadores de Kleppe 1 y 2 fueron los más consecuentes defensores de la huelga, hicieron visibilizar el reclamo no sólo por el bono, sino especialmente contra las suspensiones, con un piquete en la puerta de la planta que se ganó la tapa del diario más importante de la ciudad. Incluso cuando la burocracia ya había firmado el acta acuerdo, los compañeros de Kleppe sólo levantaron el piquete una vez que le arrancaron el compromiso a la burocracia de Troncoso de acompañar el reclamo por la reincorporación de los suspendidos.


Como se ve, el acuerdo contiene concesiones a la patronal inadmisibles para los trabajadores. Si bien la huelga ha sido una muestra concreta del poder de una acción decidida, colectiva y unificada de los trabajadores, ha quedado deslucida por el papel jugado por la burocracia de STIHMPRA, expresado en el acta acuerdo firmada. La no reincorporación de los compañeros temporarios suspendidos en plena huelga y los descuentos por días de paro fomenta la división del colectivo obrero, entre permanentes y temporarios. Apunta, por sobre todo, a generar el temor que evite una nueva acción de los trabajadores, especialmente ahora que se acerca la temporada de la cosecha.


El paro fue fruto de la enorme presión por abajo de los trabajadores, ante la enorme pérdida de su poder adquisitivo en los últimos diez años. La burocracia aprovechó el descontento para barnizarse de ‘combativa', no sin asegurarse dar vía libre a las represalias patronales que disipan la voluntad de lucha de los trabajadores. Los compañeros de la Agrupación Clasista del Hielo y la Fruta jugaron un enorme papel, cargándose al hombro el impulso y el sostenimiento de la huelga, y condenando el levantamiento inconsulto por parte de la burocracia.


La lucha por un salario inicial de 12.700 pesos, por el plus del 40% de zona desfavorable, por la reducción de la jornada laboral sin afectación de salario y la jubilación anticipada por insalubridad, va indefectiblemente asociada a la lucha por una nueva dirección clasista en el sindicato.