El 24 de mayo tuvo lugar una "jornada de lucha" llamada por ATE frente a la paritaria de hambre y flexibilización firmada por UPCN. La propia convocatoria, donde el paro ocupaba un lugar ambiguo librado al arbitrio de cada seccional, ilustra la significativa pasividad de la dirección Verde –su seccional más importante, la de la provincia de Buenos Aires, ni siquiera impulsó huelga o movilización alguna. El dato es ilustrativo: afrontamos un ataque de proporciones al convenio (miseria salarial, cláusulas de flexibilización), sin respuesta acorde del sindicato que formalmente rechaza esta política (ATE).

 

Así las cosas, la medida central, un "banderazo frente al Cabildo", fue de pobre concurrencia. Los discursos de la dirección Verde plantearon una nueva jornada ritual para el 14 de junio, sin ninguna perspectiva de lucha y organización por la base real del gremio. La paritaria UPCN-Macri estuvo lejos de ser un rayo en cielo sereno, por lo que ATE no puede declamar "sorpresa". La falta de preparación es consciente, y se agrava por la permanente pose de “lucha” de la dirección, convertida en un factor de desorganización y desmoralización del gremio. En el Posadas, por ejemplo, la Verde llamó a una “reunión” donde propuso “desensillar hasta que aclare”, ya que el presentismo y la productividad durarían mientras gobierne Macri.

 

La Verde y Blanca, oposición kirchnerista que dirige la seccional Capital y otras en el interior, ratificó que no tiene ninguna divergencia metodológica. Por ello, no convocó a parar y organizó un sólo plenario, restringido a delegados generales, que resolvió "asambleas y cortes". La situación es tan patética que en aquellos lugares donde dirigen, como el Ministerio de Educación, ni siquiera convocaron asamblea alguna, tarea que llevó adelante el activismo a pesar de la Junta Interna. Muy distinto sería si la seccional convocara una asamblea general de trabajadores, sin requisito de afiliación, que organizara desde la base el repudio a la entrega de UPCN, como votó la asamblea del Garrahan. En INTA, la nueva agrupación “Nacional, Federal y Popular”, referenciada en la VyB, no se movilizó, a pesar de que participaron de la asamblea.

 

En Capital, las medidas que tuvieron cierto peso fueron allí donde la oposición combativa cuenta con fuerza. Por ejemplo, el corte en General Paz protagonizado por el INTI y las asambleas de 100 compañeros en Cultura. En general, los cortes fueron minoritarios, y la bronca que se palpa en las recorridas no adopta aun una forma organizada, condicionada por la política liquidadora de ATE.

 

En este punto, no deja de ser un factor negativo la recurrente adaptación que la izquierda del gremio tiene respecto de la burocracia dirigente. En esta oportunidad, se expresó con crudeza en el Ministerio de Economía. Allí se promovió un acto común con Juntas Internas que dirige la Verde y Blanca; sólo Tribuna Estatal se opuso a la firma de un documento que le lavaba la cara a la directiva kirchnerista de la seccional y la absolvía de su responsabilidad de haber dejado en banda todas las luchas. Además, blanqueó una "marcha federal" convocada para dentro de un mes. Distinto hubiera sido aprovechar cada tribuna para separar a los trabajadores de las corrientes patronales con un planteo independiente. Esta condescendencia con la Verde y Blanca del resto de las corrientes con las que compartimos la Junta Interna (IS, Ate desde Abajo, PTS y Patria Grande) es un factor de confusión que debe ser superado.

 

Para darle impulso a esta lucha impostergable es preciso superar la traba burocrática que suponen estas direcciones. Planteamos la unidad con el resto de los trabajadores del Estado –como los docentes, que no tienen resuelta su paritaria– y plenarios de delegados con mandato para organizar planes de lucha. Además, debe prestarse especial atención a aquellos sectores con convenio propio, donde se abre una lucha particular para revertir la entrega de UPCN a nivel nacional.