Sindicales

19/8/2010|1142

BANCARIOS DE LA CTA

Curiosa forma de “luchar contra el zanolismo”

En un comunicado, referido al paro nacional bancario del 5 de agosto, la agrupación nacional Germán Abdala del Banco Nación (adherida a la CTA) se dedica a pegarle a la gestión zanolista del sindicato, responsabilizándola de la pérdida de conquistas en los últimos 20 años. El paro -dice el comunicado- no fue motivado por los intereses del trabajador sino por los intereses particulares de los integrantes de la Asociación Bancaria, y critica a la comisión gremial interna, controlada por un ala burocrática disidente (Fontana), por haber acompañado críticamente el paro. Terminan con una perorata en favor de las asambleas, pero reivindicándolas como mecanismo para resolver reivindicaciones internas del banco como fallas de caja, distribución más equitativa de premios, etc. De los reclamos contra la patronal que motivaron el parazo del 5. ¡Ni una sola palabra!

La CTA en bancarios ha decidido que para que la burocracia zanolista no use a los bancarios de carne de cañón, hay que carnerear lisa y llanamente las medidas de fuerza. La patronal tiene en la agrupación Germán Abdala un aliado invalorable (no es la primera vez que sostiene una posición carnera, ya lo había hecho en varios paros en 2007).

Afortunadamente, los trabajadores desoyeron sus consejos e hicieron un parazo por los reclamos salariales, mejores condiciones laborales, contra el impuesto a la ganancia en el salario y por la jubilación. Independientemente de los objetivos propios de la burocracia, que negocia el fin de la intervención judicial en el sindicato y la libertad del jefe preso, los trabajadores bancarios se pusieron de pie y le dijeron basta a la patronal negrera y al gobierno al que sirve.

Esta posición de la Germán Abdala en bancarios debe servir de llamado de atención a todo el movimiento obrero: a los afiliados a la CTA que tendrán que elegir su conducción el 23 de septiembre y, sobre todo, a los activistas de otros sindicatos a quienes varias corrientes políticas intentan arrastrarlos a esta central supuestamente “combativa”.