Sindicales

17/6/2015|1368

Bancarios. El salario conformado y la “participación” en las ganancias


El incremento pactado en la paritaria bancaria, retroactivo al 1° de enero, es el 27,8%, pero valiéndose de un mecanismo trucho de “participación en las ganancias” alcanza un aumento del 32 al 35%, dependiendo de las escalas salariales.


 


Esta “participación en las ganancias” consta de una suma no remunerativa de 8.000 pesos anuales para el escalón inicial, que se pagará en 12 cuotas mensuales de 666 pesos. Asimismo, por el día del bancario (6 de noviembre) se percibirá una suma de 7.029 pesos; a todos los trabajadores que superen el índice de uno (un año de antigüedad) de la escala salarial se les adicionará el producto de 1.529 pesos, multiplicados por el índice convencional que corresponda a cada trabajador; también en este caso se trata de un 27,8 por ciento de aumento respecto a lo percibido el 6 de noviembre de 2014.


 


Puntos rescatables del acuerdo son: la garantía a todos los empleados del área de call center que la remuneración conformada inicial en el área se corresponderá con la establecida para todos los dependientes bancarios en 14.760 pesos, lo que representa en algunos casos incrementos mayores al 50% y el pase a convenio bancario de los 200 trabajadores de Provincanje.


 


 


La “participación en las ganancias”


 


La llamada “participación” es concretamente un premio fijo emanado de lo que en la jerga financiera es el ROE (índice de rentabilidad del sector financiero publicado por el BCRA), establecido de la siguiente manera: entre 5 y 15% de rentabilidad, dicho plus será de 5.100 pesos anuales; entre 15 y 25%, de 6.400 pesos; entre 25 y 35%, de 8.000 pesos; entre 35 y 45%, de 8.800 pesos; y si fuera mayor al 45%, de 9.680 pesos.


 


Como se ve, es un premio que, debajo de una rentabilidad del 5% es cero, y en una ganancia bancaria sideral del 45% es un premio debajo de los 10.000 pesos.


 


Este esquema de negociación con “participación en las ganancias” es una línea del gobierno nacional. Recalde padre es un fuerte impulsor de este tipo de proyectos. Durante el conflicto de los aceiteros, el ministro Tomada fogoneó como salida al conflicto esta llamada “participación en las ganancias”, que los trabajadores correctamente rechazaron. La diferencia profunda entre ambos acuerdos es que mientras los aceiteros levantaron el programa del salario mínimo igual a la canasta familiar, el acuerdo bancario introduce un elemento de “participación en las ganancias” que es profundamente sectorial. Es un argumento a favor de los techos paritarios, especialmente para aquellos gremios de industrias afectadas por la recesión. Mientras que los aceiteros determinan el salario a partir de las necesidades obreras, La Bancaria parte de las ganancias de las empresas.


 


 


Sin la apertura de los libros, la participación es verso


 


El menemismo inauguró esta “participación en las ganancias” con el objetivo de destruir las empresas del Estado. El llamado “Programa de Propiedad Participada” de 1990/93, implicó que los trabajadores recibieran un total del 10% de las ganancias de las privatizadas, que se debía distribuir entre los que revistaban en la nómina de dependientes en la empresa pública al momento de su privatización. Diez años después siguen penando por cobrar esta “participación” los trabajadores de Somisa, Gas del Estado, Forja Argentina, Altos Hornos Zapla. Sólo recientemente y mediante una lucha feroz de los diputados del Frente de Izquierda, junto a los ex ypefianos, se pudo aprobar el resarcimiento a trabajadores de YPF, quedando aún pendientes los reclamos de los telefónicos, portuarios y otros gremios.


 


Cada día queda como reivindicación más vigente el básico igual a la canasta familiar, suplantando toda variante de sueldo conformado. Rechazamos todas las “participaciones en ganancias” que sin el control obrero de la producción y la apertura de los libros de las empresas quedan en la decisión arbitraria de las patronales, incluso como una herramienta de disciplinamiento y autoexplotación.


 


 


 


 


 


Foto: Rocio Zappelli