Sindicales

25/4/1996|491

Bancarios: Los trabajadores luchan, Zanola negocia

Siete meses pasaron desde la última gran movilización, bancaria, cuando 15.000 compañeros ganaron las calles contra la destrucción del ISSB. La marcha realizada el 10 de abril, fue muy masiva: entre 6.000 y 9.000 compañeros, según los distintos cálculos, pero apreciablemente menor.


Vale la pena preguntarse: ¿por qué? La respuesta es una sola: la política de la burocracia no apunta a generar un proceso real de movilización, sino a concretar una alianza con un sector del gobierno (Menem y el ala ‘política’) y también de la patronal (los bancos chicos y medianos).


Los hechos son claros: el zanolismo acompañó la intervención de Alderete al frente del ISSB, designó dos asesores gremiales (Peralta y Ruffino), obligó a levantar las tomas y canceló todo tipo de movilización desde octubre a esta parte. Sus consignas también son transparentes al respecto, y lo mismo los discursos en la última marcha: “…estamos de acuerdo en la transformación —léase despidos masivos— pero no en la política de tierra arrasada” —léase lleguemos a un acuerdo con el gobierno que le permita a la burocracia salvar la ropa… y sobre todo algo de los fondos. No sólo eso: Zanola ya abandonó la consigna de defender el 2%, reclamando el mantenimiento exclusivo del 1% que le corresponde a la obra social bancaria (el otro 1%, el Anses lo redistribuía entre otras obras sociales).


La burocracia encara la lucha por la defensa de las obras sociales como un maniobreo para salvar su tajada de beneficios.


Estos siete meses de desmovilización no pasaron gratis para los bancarios: miles de compañeros del ISSB tuvieron que acogerse al despido ‘voluntario’, se suspendieron los reintegros por los gastos de los afiliados, se eliminaron los médicos y odontólogos de zona, las farmacias siguen sin atender las recetas, etc… Es decir, la intervención ya está liquidando al ISSB, sin esperar a que el 1º de julio entre en vigencia la suspensión del aporte patronal. 


El manifiesto firmado por varias gremiales opositoras (entre ellas el Patricios, el Credicoop, el Mayo, el Tornquist, el Boston) fue muy bien recibido entre los compañeros, precisamente porque fue la única voz que planteó en el marco de la lucha una política contraria a la de la burocracia.  La Lista Naranja va a llevar adelante la propuesta de convocatoria, con todo el trabajo y la preparación necesarios, de un Encuentro abierto de comisiones gremiales, agrupaciones y activistas. En ese sentido, la popularización y debate de la consigna de PLAN DE LUCHA DEBATIDO EN UNA ASAMBLEA GENERAL DEL GREMIO BANCARIO empieza a ser una de las necesidades del momento y debe ser asumida por el conjunto de la oposición.


La CGI del ISSB acaba de hacer un llamamiento a discutir cómo seguimos adelante con la movilización. Esta será la propuesta de la Naranja.