La Comisión Interna (CI) de Cadbury/Stani ha convocado a una asamblea general con movilización para dar inicio a un plan de lucha por el nuevo convenio de empresa. La paritaria entre las patronales y el Sindicato de la Alimentación culminó en un fiasco, con un aumento de 19% partido en tres etapas, lo que le da fuerza particular a los convenios por empresa que han comenzado a discutirse en las grandes plantas.

La CI confeccionó un pliego que contiene, básicamente, tres reclamos: aumento del ticket canasta, derogación del “convenio Mantecol”- que establece un menor pago por horas extras para un sector de los trabajadores y la anulación de ciertos ítems de los que hoy componen el premio a la productividad.

Este “premio”, instaurado por la vieja patronal de Stani en 1992 es, en sí mismo, una pequeña joya en el arsenal de instrumentos de explotación de la clase obrera. Desde su instauración la producción se ha triplicado prácticamente con la misma cantidad de operarios y el salario medio en términos reales está un 25% por debajo del percibido antes de la devaluación.

Los trabajadores son sometidos a un régimen en el que se consideran dos factores: la cantidad producida por hora por los compañeros que están en la línea de producción (grupo de máquinas afectados a un producto) y la cantidad producida por hora por la sección en su conjunto. El índice global de la sección está condicionado a cinco objetivos: eficiencia, eficiencia de los materiales, restos, calidad, seguridad.

El control de este sistema de “productividad” estará, de aquí en más, a cargo de un “líder” que se hará cargo del cumplimiento de las tareas, los tiempos y el control del proceso productivo. El “líder” gana tres veces el premio a la producción conseguido por su sección. La elección de este capataz disfrazado pretende crear una autoridad “paralela” a la del delegado entre los trabajadores.

La pelea por el convenio incluye la pelea contra el índice de productividad diseñado por la patronal.